MIENTRAS LA UTEM AUTODESTRUYE DÍA A DÍA INTERNAMENTE SU IMAGEN INSTITUCIONAL, ESTUDIANTES Y RECTORÍA SE DEBATEN EN UN GELATINOSO IMPASSE SIN DÍALOGO NI SOLUCIÓN

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SI NO FUERA POR EL INGENUO INTENTO DE RECTORÍA DE ROMPER EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL MEDIANTE UNA ENCUESTA DIRIGIDA A LOS ESTUDIANTES A TRAVÉS DE REKO, CONSULTÁNDOLOS POR SI QUIEREN VOLVER A CLASES, PODRÍA PENSARSE QUE NO ESTÁ HACIENDO NADA POR RESOLVER EL EMPANTANADO CONFLICTO QUE TIENE COMPLETAMENTE PARALIZADA  LA UTEM.

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En primer lugar es un hecho de la causa que las encuestas virtuales tienen por lo general una escasa tasa de respuesta, lo cual se acntúa en condiciones de una  escasa confiabilidad que se tiene en los resultados y en el procesamiento de los datos , usualmente entregado a funcionarios vinculados a los intereses de la  autoridad consultante.

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Más aún, si estas encuestas las aplica  una de las partes comprometidas en un conflicto y ésta quiere sacar provecho de sus resultados, lo cual, obviamente genera el rechazo de la contraparte.

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Ingenuamente, algunos pensaron que se podría repetir la experiencia de la encuesta aplicada el año 2011 luego de tres o cuatro meses de paralización  y cuando se presumía que se podría perder el año académico. (Lo que no es el caso en la actualidad y  tampoco es el caso ahora  que el movimiento estudiantil en esa época estaba dirigido en contra del gobierno de Piñera y a éste se sumaba todo el espectro político de la Concertación). 

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Agréguese a lo anterior el lamentable hecho de dos estudiantes tomados presos y duramente maltratados,  acusados de graves delitos en oscuras e inverificables condiciones al interior de uno de los campus de la universidad. ¿O, acaso alguien podrá creer que estos dos estudiantes al momento de ser detenidos portaban in fraganti supuestas bombas molotov al interior de la universidad?.

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Obviamente, después de la desmentida primera  versión de las lesiones del joven Rodrigo Aguilar en Valparaíso hace unas pocas semanas, estas acusaciones resultan impresentables.

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Sin duda, lo que exigen los dirigentes estudiantiles tiene visos de una supuesta inviabilidad jurídica, pese a todos los incentivos y motivaciones que introdujo el Sr. Rector con sus convocatorias a asambleas triestamentales durante los tres últimos años.

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Sin embargo, el Sr. Rector y muchos de sus colaboradores hoy parecen olvidar el Claustro Académico convocado y realizado extralegalmente por el ex Rector  designado, Sr. Eduardo Hajna R. el año 1991 y que dio lugar al proceso de democratización inicial del ex IPS y actual UTEM, lo que permitió al Sr. Luis Pinto acceder a su primera rectoría, mediante el pequeño subterfugio de un acuerdo del Consejo Superior de hacer suyos todos los acuerdos que se adoptasen por los académicos en dicho Claustro.

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Cierto es que el actual lenguaje estudiantil y sus procedimientos con un toque de anarquismo y de fuerte  inorganicidad dificultan enormemente un  diálogo constructivo y fructífero, pero la responsabilidad de conducir los procesos en forma racional le corresponde en primer lugar a la autoridad que concentra  prácticamente todos los poderes legalmente constituidos en los Estatutos  de la UTEM; y ésta no sacará nada con delegar a última hora sus reponsabilidades en los académicos, poniéndolos además en incómoda posición frente a sus estudiantes.

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Obviamente, los dirigentes estudiantiles para poder poner término a su movimiento requieren obtener algunos triunfos significativos que den cuenta del éxito del esfuerzo realizado. Sin embargo, las diluídas promesas formuladas inicialmente  por el Sr. Rector están muy lejos de ser satisfactorias. Hecho que no se resuelve con la constitución de una Comisión Garante, que en el fondo garantiza muy poco contenido.

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Y, mientras tanto, ......, el tiempo transcurre, ........ y el prestigio interno de la universidad decae, ......, incrementando las altas tasas de deserción de estudiantes de los dos primeros años y, además muy probablemente, éstos y otros muchos no darán una buena recomendación a las futuras generaciones al momento de postular el próximo año 2016 y siguientes.

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¿ Ante estas consideraciones cabe preguntarse si habrá llegado el momento de sentarse a negociar en serio con los dirigentes estudiantiles más responsables a fin de buscar una solución mínimamente satisfactoria para todas las partes involucradas ?

 

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