PROBLEMAS QUE SE DERIVAN DE NUESTRAS PEQUEÑAS Y GRANDES LOCURAS

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ALGUIEN DIJO HACE  TIEMPO,  CON MUCHA SABIDURÍA,  QUE PARA PODER TRABAJAR Y SOBREVIVIR  EN  LA  UTEM  SE  REQUIERE  UN "ALGO DE  LOCURA".

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Si bien concuerdo plenamente con dicha opinión, pues de otra forma cualquier persona relativamente normal podría enloquecer de verdad, las reflexiones que siguen no se refieren a dichas locuras implícita y ambiguamente  definidas.

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En este escabroso terreno, sin ser especialista en el tema, al parecer existen diversos tipos de locuras : Desde aquellas que van de la incapac¡dad de razonar correctamente, lo que más parece estupidez, hasta la completa incapacidad de poder distinguir entre la realidad y las propias fantasías.

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Sin embargo, hay una situación intermedia de aquellos que razonando muy bien desde un punto de vista lógico, carecen completamente de la capacidad para darles un sentido racional a su vidas dado que carecen de  de un objetivo sólido y veraz que le de un sentido trascendente  a sus vidas. Como es el caso de aquellos que viven desesperadamente tras las quimeras de la fama, el dinero, la gloria o el poder, sin saber para que lo quieren. 

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Es el caso lamentable de aquellos que buscan desesperadamente el poder por el poder sin saber realmente para que lo quieren y lo buscan ansiosamente,  sacrificando  sus mejores propósitos con tal de conservar sus pequeñas y miserables cuotitas de poder.

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Si bien el poder en si mismo no es malo, pues éste nos puede permitir transformar la realidad para darles una mejor calidad de vida a nuestros semejantes; transformado en una obseción  se termina por traicionar lo más valioso, pues con tal de conservarlo, se reniega del objetivo central y se perjudica el bienestar de aquellos a los que se podría servir si estuviera bien orientado.

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Valga también de lo que se ha dicho del poder para los que buscan irracionalmente las riquezas personales, pues en lugar de ponerlas al servicio de las personas, pervertidamente ponen a las personas al servicio de sus ansiadas riquezas.

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Muchas veces en estas páginas hemos citado los ejemplos de Hitler o de Napoleón para ejemplificar estos tipos de locuras 'casi' completamente racionales, a no ser por la intrascendencia e inconsistencias en la auténtica relación que debe existir entre los medios y el fin.

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Cuando estas perversiones se producen, de ellas se deriva un infinito mar de insolubles problemas humanos y sociales. 

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Y así, como hemos puesto como ejemplo a Hitler y Napoleón, por citar a los más famosos y recientes con estas características negativas; como contrapunto podríamos citar algunos otros que también movidos por pasiones mediáticas como las del poder, la riqueza o la fama, supieron ponderar y equilibrar en momentos álgidos sus afanes con el bien de sus comunidades. 

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Así por ejemplo, Bernardo O'Higgins supo renunciar a su voluntad de mando y poder, que se expresaba en su cargo de Director Supremo con tal de apaciguar la creciente tensión existente entre su voluntarismo versus  la fronda aristocrática que controlaba económica y políticamente el país; lo que eventualmente podría llevar al país a una guerra civil.

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Es lamentable decirlo, pero cuando alguien detenta el poder por el poder, o las riquezas por las riquezas, sin saber verdaderamente para que se las busca o se las detenta, traicionando su razón  de ser con tal de conservarlas a toda costa y sin considerar sus nefastas consecuencias, estamos frente a este tipo de "locuras lúcidas" de las que sólo cabe esperar sufrimientos, postración y subdesarrollo social e institucional.

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EN DESARROLLO

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