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Desprestigio de la democracia estudiantil universitaria supera con creces la del sistema político nacional.
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Paros extensos e inútiles, mal conducidos y peor finalizados, con graves consecuencias para la gran masa estudiantil, más las sospechas de una eventual interacción de intereses creados en juego estarían entre las principales causas del desprestigio casi completo del sistema democrático estudiantil universitario.
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Probablemente las malas prácticas políticas del mundo adulto puestas de manifiesto por la Comisión Engel y arregladas a "un cuarto y un repique" y con harta letra chica, se han universalizado al punto que ya casi nadie cree en los ferborozos discursos anti sistema que circulan por los patios universitarios.
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Y no sólo a nivel estrictamente estudiantil, pues las masivas denuncias de los electores impedidos de votar en reciente primaria presidencial por encontrarse inscritos "fraudulentamente" en el Frente Amplio, han despertado los últimos mecanismos que protegen la democracia nacional obligando al SERVEL a revisar sus procedimientos.
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Probablemente, el instinto de supervivencia de las organizaciones estudiantiles y de los encargados institucionales que regulan la participación estudiantil, buscarán una "solución" al problema planteado, ya sea bajando aún más el escaso quórum acordado o recurriendo al reemplazo de la FEUTEM por un Consejo de Presidentes de las diversas carreras.
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Sin embargo, como todo proceso de caída libre en ambiente terrestre tiene un triste final cuando llega al piso, es probable que la ciudadanía nacional quiera ponerle un punto suspensivo a las desviaciones éticas y prácticas instaladas en nuestra realidad que alcanza niveles de peneteación de la corrupción nunca vistos en Chile.
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Desprestigio de la democracia estudiantil universitaria supera con creces la del sistema político nacional.
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Paros extensos e inútiles, mal conducidos y peor finalizados, con graves consecuencias para la gran masa estudiantil, más las sospechas de una eventual interacción de intereses creados en juego estarían entre las principales causas del desprestigio casi completo del sistema democrático estudiantil universitario.
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Probablemente las malas prácticas políticas del mundo adulto puestas de manifiesto por la Comisión Engel y arregladas a "un cuarto y un repique" y con harta letra chica, se han universalizado al punto que ya casi nadie cree en los ferborozos discursos anti sistema que circulan por los patios universitarios.
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Y no sólo a nivel estrictamente estudiantil, pues las masivas denuncias de los electores impedidos de votar en reciente primaria presidencial por encontrarse inscritos "fraudulentamente" en el Frente Amplio, han despertado los últimos mecanismos que protegen la democracia nacional obligando al SERVEL a revisar sus procedimientos.
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Probablemente, el instinto de supervivencia de las organizaciones estudiantiles y de los encargados institucionales que regulan la participación estudiantil, buscarán una "solución" al problema planteado, ya sea bajando aún más el escaso quórum acordado o recurriendo al reemplazo de la FEUTEM por un Consejo de Presidentes de las diversas carreras.
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Sin embargo, como todo proceso de caída libre en ambiente terrestre tiene un triste final cuando llega al piso, es probable que la ciudadanía nacional quiera ponerle un punto suspensivo a las desviaciones éticas y prácticas instaladas en nuestra realidad que alcanza niveles de peneteación de la corrupción nunca vistos en Chile.
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