ACERCANDONOS LENTAMENTE HACIA EL FIN DE LA INJUSTA PSU

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CON LA RECIENTE ENTREGA DE LOS RESULTADOS DE LA PSU 2017, NUEVAMENTE SALTAN A LA DISCUSIÓN PÚBLICA LAS INEQUIDADES DEL SISTEMA EDUCACIONAL.

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Pareciera que pese al progreso cultural de nuestro país,  persisten los que tienden a confundir el termómetro con la enfermedad.

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Culpar al termómetro por la fiebre del paciente es bastante más común de lo que parece en materia educacional.

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Cierto es que el paso de la PAA a la PSU fue un error político, pues puso más en evidencia las inequidades existentes.  

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Persistir en este instrumento de mediación, por bueno que sea, denota cierta indolencia e incoherencia de los gobiernos de la Concertación y de la NM ante un sistema educacional  que obliga  a los sectores estudiantiles de bajos recursos a seguir prisioneros de las Escuelas Municipales o Privadas Subvencionadas de tercera o cuarta categoría. 

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Y que a su vez obliga a la gran mayoría de estos jovenes a ir a universidades de tercera o cuarta categoría o a CFTs. e IPs.,  por lo general de baja calidad.

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Es cierto que la PAA o una prueba similar no resolvería el problema de fondo, pero no agravaría la situación de tantos jóvenes que llegan a la cancha con desventajas de las cuales no son responsables.

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Peor aún es que varios de los requisitos de niveles de aprendizajes adquiridos en el nivel escolar no tienen ninguna incidencia real en los procesos de aprendizaje universitario, salvo excepciones como sería el caso de las matemáticas y la física  en una Escuela de Ingeniería Civil con un  alto nivel de exigencias.

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Quizás el mayor engaño o abuso sea el que sufren los egresados de las Escuelas Técnico Profesional en las que se  pasa la mitad de los contenidos exigidos en la PSU, pues salvo los que pueden financiar un buen preuniversitario, no tienen ninguna  posibilidad de ingresar a una buena universidad.

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Sin embargo, la brutalidad del proceso de selección ha generado una importante reacción de diversas autoridades universitarias que han instalado sistemas de selección de estudiantes compensatorias o correctivas de la PSU, introduciendo el Ranking de Notas y desarrollando el sistema PACE.

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Sin embargo,  estas son medidas de parche que sólo alivian las consecuencias de la inequidad del sistema,  pero no apuntan al fondo.

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Una verdadera democracia exige  la igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos y en consecuencia la tarea principal urgente es la de mejorar la educación escolar estatal y la privada subvencionada.

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