ESPERANDO NOMBRAMIENTO PRESIDENCIAL : UNIVERSIDAD PARALIZADA Y ESTUDIANTES EN TOMA LO HACEN MÁS DIFÍCIL

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¿ ESTAREMOS LLEGANDO AL FINAL DE UNA AVENTURA CARENTE DE RACIONALIDAD UNIVERSITARIA Y GUIADA SÓLO CON RAZONES PRAGMÁTICAS ?

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No resulta muy difícil imaginar como están evaluando en el MINEDUC la conducción universitaria del actual rector y sus equipos de la contingencia y del proyecto universitario que le corresponde dirigir de acuerdo a los parámetros propios del s. XXI y no el de los años 1967 y siguientes.

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Resulta muy fácil generar expectativas frente a los graves problemas acumulados durante treinta o más años de desgobierno y desregulación universitaria por el abandono que el Estado hizo del sistema educacional del país.

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Pero, más grave resulta  orientar a toda una comunidad universitaria a un errado derrotero para salir paulatinamente del grave problema en que las universidades están sumidas y a punto de explotar por la acumulación de graves errores de la política general y de la de la UTEM en particular.

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Cuesta mucho entender que un Rector que cuenta con la experiencia directa de las consecuencias que tuvo para el país la Triestamentalidad con la que se quizo abordar el problema universitario en la decada de los 60s en el siglo pasado, se haya transformado en  promotor del  reestablecimiento de esos procedimientos.

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Si bien es cierto que el país camina a una nueva elección presidencial en la que se jugarán importantes intereses y visiones de la sociedad y la economía del país, en medio de un fuerte desarrollo económico y una paradójica desigualdad creciente, no menos cierto es que las instituciones menores deben marchar de acuerdo a los grandes acontecimientos y no utilizarlas como herramientas forzadas para generar un cambio global, pues el costo a pagar será muy elevado. Más grave aún, si eso se pretende hacer desde una de la universidades estatales más débiles del sistema.

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Si la Triestamentalidad la hubiesen planteado los  Rectores de la U. de Chile o de la UC junto a sus Federaciones estudiantiles, quizás habría tenido un cierto sentido realista la propuesta.

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Sin embargo, ni siquiera la mayoría de los 119 electores que apoyaron la candidatura de Don Luis Pinto está de acuerdo con impulsar o apoyar esa iniciativa, menos aún si ni siquiera fueron consultados al momento de comprometer a la institución en esta aventura.
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Peor aún, el Consejo Superior, que es el ente responsable de presentar al gobierno una reforma de los Estatutos Universitarios fue consultado al respecto.
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Hace muchos años, el Rector Luis Pinto, en su segundo mandato, trató de enmendarle el rumbo al sistema educacional en una materia sumamente delicada,  relacionada con el sistema de aranceles, generando en esa época un grave problema a la institución y al Ministerio.
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Obviamente, rectificar un error tiene costos muy altos, empezando por quien los indujo o cometió, y luego para todos los involucrados en las decisiones adoptadas. Pero más graves son los costos que implica perseverar en el error.
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Bueno sería que la autoridad se preocupe de saber que piensa el estudiantado en general respecto de lo que está ocurriendo en la UTEM, antes que  se sigan retirando o congelando silenciosamente  sus carreras.
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Es de esperar que del Consejo Académico que se está realizando en Casa Central salga alguna luz al respecto que permita abrigar esperanzas para el futuro  inmediato.
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