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Hay historias de esfuerzo y amor que hacen que nuestros problemas se vean minúsculos. Esto pasa cuando escuchas hablar de la vida deBianca Jeannot, una joven de 22 años que ha dado todo por su familia, pero sin alejarse de sus propias metas.
La joven norteamericana acaba de terminar la universidad donde obtuvo un título como bachiller en inglés y una certificación en ciencias forenses, lo que por sí es un tremendo logro para cualquier estudiante.
Sin embargo, para Bianca esto fue un triple merito pues durante todos los años que asistió a clases también tuvo cuatro empleos que le permitieron mantener a sus dos hermanos mayores con serios problemas de salud.
Sin embargo, para Bianca esto fue un triple merito pues durante todos los años que asistió a clases también tuvo cuatro empleos que le permitieron mantener a sus dos hermanos mayores con serios problemas de salud.
Paul tiene 34 años y hace 11 años fue diagnosticado con una grave enfermedad al riñón que hoy lo mantiene en diálisis. Michael, en tanto, tiene 26 años y tiene síndrome de Down, por lo que requiere de atención constante.
El padre de Bianca los abandonó cuando eran pequeños y con el tiempo terminaron vivieron en la calle o en albergues junto a su madre.
Tras años de buscar ayuda, les fue entregado un departamento financiado por el gobierno donde viven actualmente. Sin embargo, en 2012 la matriarca de la familia falleció y fue Bianca quien tuvo que hacerse cargo de todos con sólo 18 años.
Tras años de buscar ayuda, les fue entregado un departamento financiado por el gobierno donde viven actualmente. Sin embargo, en 2012 la matriarca de la familia falleció y fue Bianca quien tuvo que hacerse cargo de todos con sólo 18 años.
“No sé -cómo lo hice-”, explicó Bianca a ABC News. “Sólo trataba de salir adelante. Nunca tuve el lujo de poder parar”, reconoció.
“Tuve cuatro puestos de trabajo a la vez, tres en el campus y otro fuera de él“, explicó. La estudiante consiguió diferentes empleos que logró compatibilizar con sus estudios, entre los que se encontraba un puesto en el comercio como vendedora, otro durante el proceso de admisión de la universidad, otro en la oficina de pagos y otro en el departamento de informática.
“Para mi no es una carga, pero es un peso que estoy dispuesto a llevar y aprendí a adaptarme”, agregó.
Una buena chica
Bianca estudió gracias a becas del gobierno y otras organizaciones, sin embargo, siempre mantuvo en reserva su vida. Pocos conocían su situación y sólo la veían como una más.
De hecho sus compañeros la consideran una mujer energética, creativa y una estudiante destacada. “Ella va a tener una brillante y maravilloso futuro”, señaló uno de sus amigos.
A pesar de todas sus obligaciones, sus calificaciones jamás bajaron e incluso se dio el tiempo para participar en diferentes actividades.Además de ser editora en jefe de la revista de arte y literatura de la universidad, también fundó y presidió un club de animé que ganó dos premios de la asociación de estudiante por haber realizado los mejores eventos en el campus.
“Ella es la cabeza de su hogar. Ella va y viene a diario, pero lo hace con un espíritu de optimismo y agradecimiento que es poco común aún en personas décadas mayores que ella”, señaló el profesor Daniel Smith.
Ahora que ya terminó la universidad, Jeannot busca iniciar una carrera por el bienestar de los animales y dice estar esperanzada por el futuro. “Sólo hay una manera de mirar, y eso es hacia adelante”, finalizó.
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