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Algunos olvidan la historia
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Señor Director:
En carta a "El Mercurio", el director de Planificación de la Corporación de Universidades Privadas dice que en mi carta "¿Ahora los estudiantes vulnerables?", del pasado lunes, pinto una caricatura de ellas, sobre la base de sostener errores.
No es un error decir que muchas universidades privadas nuevas se han vendido y comprado por millones de dólares por inversionistas que, en la práctica, han hecho una aplicación falsa de una ley de la dictadura de 1981, que establece que las universidades deben ser corporaciones sin fines de lucro, algo cuyo cumplimiento -¿por lobby de los intereses o negocios particulares?- no ha querido o no ha podido fiscalizar el Ministerio de Educación. ¿Cuándo terminarán las investigaciones que al respecto y desde hace tiempo hace ese ministerio?
No es un error decir que, siguiendo el modelo económico impuesto, desde 1981 los privados entraron al mercado universitario para hacerlo "más competitivo", pero aportando sus propios recursos.
En carta a "El Mercurio", el director de Planificación de la Corporación de Universidades Privadas dice que en mi carta "¿Ahora los estudiantes vulnerables?", del pasado lunes, pinto una caricatura de ellas, sobre la base de sostener errores.
No es un error decir que muchas universidades privadas nuevas se han vendido y comprado por millones de dólares por inversionistas que, en la práctica, han hecho una aplicación falsa de una ley de la dictadura de 1981, que establece que las universidades deben ser corporaciones sin fines de lucro, algo cuyo cumplimiento -¿por lobby de los intereses o negocios particulares?- no ha querido o no ha podido fiscalizar el Ministerio de Educación. ¿Cuándo terminarán las investigaciones que al respecto y desde hace tiempo hace ese ministerio?
No es un error decir que, siguiendo el modelo económico impuesto, desde 1981 los privados entraron al mercado universitario para hacerlo "más competitivo", pero aportando sus propios recursos.
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Para "mejorar" la competencia, el Estado de la época abandonó a las universidades públicas -esto es, las estatales-, les impidió crecer, buscó destruirlas, las perjudicó financiera y administrativamente y persiguió a sus comunidades. Eran tiempos en que lo privado era el paradigma, y la universidad pública era sinónimo de ineficiente, politizada, mendicante del Estado y mala calidad. .
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Hoy, las privadas se dicen públicas, exigen recursos basales del Estado y obstaculizan el cumplimiento de su compromiso de nuevo trato con sus universidades.
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No es un error decir que, desde 1981 y sin preocupación del Estado, miles de estudiantes vulnerables y con bajos puntajes en la PSU, o sin ella, fueron inducidos por una publicidad engañosa y millonaria a ingresar a universidades privadas nuevas que, teniendo entonces una infraestructura precaria y docentes con baja formación, les entregaron una educación de mala calidad y los endeudaron por años, causando altas deserciones de carreras con baja empleabilidad.
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No es un error decir que, desde 1981 y sin preocupación del Estado, miles de estudiantes vulnerables y con bajos puntajes en la PSU, o sin ella, fueron inducidos por una publicidad engañosa y millonaria a ingresar a universidades privadas nuevas que, teniendo entonces una infraestructura precaria y docentes con baja formación, les entregaron una educación de mala calidad y los endeudaron por años, causando altas deserciones de carreras con baja empleabilidad.
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De las deudas y dramas familiares de esos estudiantes nadie se acuerda, solo ellos, que resienten que esos inversionistas "altruistas" y su país -que debió protegerlos- les hicieron ser el "costo social" de la privatización universitaria.
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Pareciera que algunos olvidan o quieren blanquear la historia y utilizan ahora a los estudiantes vulnerables para exigir recursos del Estado para instalar la gratuidad en ambientes de negocio y faltos de calidad y regulación; la misma gratuidad de la que muchos de esos "ahora exigentes" renegaban por considerarla contraria a las reglas del mercado y a la idea de que la educación universitaria es un bien de consumo.
Víctor Pérez VeraEx rector de la Universidad de Chile
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Pareciera que algunos olvidan o quieren blanquear la historia y utilizan ahora a los estudiantes vulnerables para exigir recursos del Estado para instalar la gratuidad en ambientes de negocio y faltos de calidad y regulación; la misma gratuidad de la que muchos de esos "ahora exigentes" renegaban por considerarla contraria a las reglas del mercado y a la idea de que la educación universitaria es un bien de consumo.
Víctor Pérez VeraEx rector de la Universidad de Chile
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