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Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional Universidad de Chile
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Martes 04 de febrero de 2014
Universidad pública
DE : EL MERCURIO/CARTAS.
Señor Director:
En "El Mercurio" del 29 de diciembre pasado, el señor Nicolás Eyzaguirre define el concepto de universidad pública, lo que se agradece porque nos permite conocer claramente la opinión del ahora ministro sobre esta materia de controversia. Nos dice que una universidad pública sería "en un sentido amplio" toda institución que cumpla con una serie de requisitos, incluyendo en ese lote a las privadas.
Esta aseveración relativiza el concepto de lo público, avalando el concepto del rol subsidiario del Estado, ya que la responsabilidad de proveer educación pública puede así endosarse justificadamente a las instituciones privadas.Con ello también se sustenta el argumento de que todas las universidades (que cumplen requisitos) son igualmente públicas; lo grave es que igualmente públicas también implica, por lógica y experiencia, que son igualmente privadas, todas compitiendo por recursos y estudiantes en igualdad de condiciones. Por esto seguiremos preguntando, como lo hemos hecho desde la década de 1980: ¿para qué quiere el Estado tener universidades estatales?
Esta pregunta seguirá sin respuesta mientras no se entienda la notable diferencia entre una institución que provee bienes públicos y otra que es pública; mientras el rol subsidiario del Estado no se reemplace por su responsabilidad en la provisión de educación pública con un rol subsidiario de los privados.
En "El Mercurio" del 29 de diciembre pasado, el señor Nicolás Eyzaguirre define el concepto de universidad pública, lo que se agradece porque nos permite conocer claramente la opinión del ahora ministro sobre esta materia de controversia. Nos dice que una universidad pública sería "en un sentido amplio" toda institución que cumpla con una serie de requisitos, incluyendo en ese lote a las privadas.
Esta aseveración relativiza el concepto de lo público, avalando el concepto del rol subsidiario del Estado, ya que la responsabilidad de proveer educación pública puede así endosarse justificadamente a las instituciones privadas.Con ello también se sustenta el argumento de que todas las universidades (que cumplen requisitos) son igualmente públicas; lo grave es que igualmente públicas también implica, por lógica y experiencia, que son igualmente privadas, todas compitiendo por recursos y estudiantes en igualdad de condiciones. Por esto seguiremos preguntando, como lo hemos hecho desde la década de 1980: ¿para qué quiere el Estado tener universidades estatales?
Esta pregunta seguirá sin respuesta mientras no se entienda la notable diferencia entre una institución que provee bienes públicos y otra que es pública; mientras el rol subsidiario del Estado no se reemplace por su responsabilidad en la provisión de educación pública con un rol subsidiario de los privados.
Es inaceptable, y por lo demás innecesario, que para justificar aportes estatales a las universidades privadas se recurra a la relativización de lo público. Bastaría reconocer el aporte importante que varias universidades privadas hacen en educación y en creación de conocimiento para justificar tales aportes estatales.
Francisco J. Martínez Concha
Francisco J. Martínez Concha
Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional Universidad de Chile
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