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UN DOCUMENTO PREPARADO POR LA "DIDA"
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El Sr. Director de la Dirección de Investigación y Desarrollo Académico (DIDA) presentó recientemente al Consejo Superior un documento que toma diversos elementos de la Políticas de Investigación de prestigiadas universidades y que tienen una larga y sistemática trayectoria en investigación y que cuentan con una infraestructura sólida y recursos humanos altamente entrenados.
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Posiblemente, esa sea la razón del origen de algunas de las críticas que surgieron en el Consejo Superior, junto a la de algunos de los comentaristas que nos hicieran llegar sus observaciones, debido a la falta de soporte histórico de la propuesta.
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Sin duda que como primer borrador esta presentación constituye un documento de trabajo interesante que debiera ser perfeccionado por una comunidad amplia de investigadores con vasta y sólida experiencia en gestión de proyectos de investigación; y, aunque está algo demás decirlo, por investigadores con un buen background en las diversas disciplinas y modalidades.
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Muchos otros intentos se han hecho desde los tiempos más inmemoriales dentro de la UTEM a partir de las inquietudes de pequeños grupos de académicos con vocación investigadora, además de los ambiguos y vagos intentos realizados por las diversas rectorías que han dirigido la universidad.
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Quizás una de las mayores expectativas surgieron de los Planes de Estudios y Becas de Doctorados contratados con dos o tres universidades españolas, iniciados en la Tercera rectoría de Luis Pinto y continuados por M. Avendaño. Sin embargo, el "ingenuo" mecanismo de selección de los candidatos o el uso político de estas selecciones, desvirtuaron en parte importante el eventual buen resultado que pudiese haber tenido ese costoso programa de inversiones en capital humano.
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Sin lugar a dudas, desde muy antaño se intuía que la investigación era y sería parte fundamental del quehacer universitario, tal como hoy lo señala el Presidente de la CNA y que las autoridades nacionales con una óptica oportunista evadieron durante veinte y tantos años.
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Pero es un hecho de la causa, que por mucho que se pretenda evadir la realidad, al fin se imponen las leyes de la naturaleza, tanto las de la naturaleza física como de la social.
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Seguramente, el Sr. Rector, informado previamente de los planteamientos del Presidente de la CNA, quien dictó una charla hace un par de meses en la UTEM, se ha vuelto a inquietar por el enorme retraso de nuestra universidad en esta actividad sustancial y tantas veces postergadas pese a los esporádicos intentos pasados.
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Sin embargo, las cosas fundamentales en la UTEM no han cambiado mucho desde los tiempos del IPS, originado en un decreto del gobierno militar para debilitar y fraccionar a la U. de Chile y entregado a la gestión de un Coronel en retiro de la confianza del general Pinochet y concuñado de nuestro actual rector.
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El IPS desde sus orígenes quedó en manos de un grupo de profesionales vinculados, en parte al mundo académico regional, y otro grupo ligado al mundo profesional extra académico, pero ambos sin ninguna formación en las difíciles, ardúas e ingratas tareas de la investigación científica o de la innovación tecnológica.
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Desde ese época el destino del IPS y luego de la UTEM, su sucesora, quedó marcado por las características personales de sus equipos fundadores, alejados de las inquietudes académicas propiamente tales y enfocados a aspectos muy concretos de gestión docente.
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En consecuencia, no debe extrañar que pese a los 30 años transcurridos desde su fundación, nuestra institución continue dando "palos de ciego" en materia de investigación o de invención.
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Por otra parte, la falta de experiencia de la máximas autoridades en estas áreas es un factor importante que incide fuertemente en la ambigua definición de las políticas de investigación que se han intentado formular y reformular repetidamente sin lograrse avances reales en la materia.
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La falta de conocimiento teórico y práctico de las características reales de un proyecto o conjunto de proyectos de investigación científica o de invención tecnológico, tanto en sus aspectos metodológicos como programáticos, explicaría en gran parte el escaso avance logrado en 30 años de estos difusos esfuerzos.
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Tanta es la debilidad en esta materia que se genera la sensación que las autoridades que han regido la UTEM en gran parte de su historia, quizás, piensan que el problema se reduce a la dictación de un nuevo reglamento de investigación, como si éste fuera una 'varita mágica' o la 'piedra filosofal' que puede transformar a un docente en un investigador o un inventor, mediante un simple toque de un reglamento ad-hoc.
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Seguramente, olvidan que las rutinarias e ingratas tareas de la investigación científica y de la invención pueden ser abordadas por cualquiera, dependiendo de una políticas de estímulo monetario o beneficios laborales de escaso significado.
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Por otra parte, y quizás una dificultad más compleja es que las políticas de investigación explícitas que se han difundido han chocado frontalmente con las políticas implícitas de los recursos humanos que han premiado excesivamente las labores de gestión administrativa docente con generosos incentivos económicos y descargas laborales docentes altamente significativas, con la única exclusión de los Consejeros Superiores que no reciben ningún beneficio (¿¿ ?? ).
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Sin lugar a dudas, desde muy antaño se intuía que la investigación era y sería parte fundamental del quehacer universitario, tal como hoy lo señala el Presidente de la CNA y que las autoridades nacionales con una óptica oportunista evadieron durante veinte y tantos años.
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Pero es un hecho de la causa, que por mucho que se pretenda evadir la realidad, al fin se imponen las leyes de la naturaleza, tanto las de la naturaleza física como de la social.
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Seguramente, el Sr. Rector, informado previamente de los planteamientos del Presidente de la CNA, quien dictó una charla hace un par de meses en la UTEM, se ha vuelto a inquietar por el enorme retraso de nuestra universidad en esta actividad sustancial y tantas veces postergadas pese a los esporádicos intentos pasados.
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Sin embargo, las cosas fundamentales en la UTEM no han cambiado mucho desde los tiempos del IPS, originado en un decreto del gobierno militar para debilitar y fraccionar a la U. de Chile y entregado a la gestión de un Coronel en retiro de la confianza del general Pinochet y concuñado de nuestro actual rector.
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El IPS desde sus orígenes quedó en manos de un grupo de profesionales vinculados, en parte al mundo académico regional, y otro grupo ligado al mundo profesional extra académico, pero ambos sin ninguna formación en las difíciles, ardúas e ingratas tareas de la investigación científica o de la innovación tecnológica.
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Desde ese época el destino del IPS y luego de la UTEM, su sucesora, quedó marcado por las características personales de sus equipos fundadores, alejados de las inquietudes académicas propiamente tales y enfocados a aspectos muy concretos de gestión docente.
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En consecuencia, no debe extrañar que pese a los 30 años transcurridos desde su fundación, nuestra institución continue dando "palos de ciego" en materia de investigación o de invención.
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Por otra parte, la falta de experiencia de la máximas autoridades en estas áreas es un factor importante que incide fuertemente en la ambigua definición de las políticas de investigación que se han intentado formular y reformular repetidamente sin lograrse avances reales en la materia.
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La falta de conocimiento teórico y práctico de las características reales de un proyecto o conjunto de proyectos de investigación científica o de invención tecnológico, tanto en sus aspectos metodológicos como programáticos, explicaría en gran parte el escaso avance logrado en 30 años de estos difusos esfuerzos.
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Tanta es la debilidad en esta materia que se genera la sensación que las autoridades que han regido la UTEM en gran parte de su historia, quizás, piensan que el problema se reduce a la dictación de un nuevo reglamento de investigación, como si éste fuera una 'varita mágica' o la 'piedra filosofal' que puede transformar a un docente en un investigador o un inventor, mediante un simple toque de un reglamento ad-hoc.
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Seguramente, olvidan que las rutinarias e ingratas tareas de la investigación científica y de la invención pueden ser abordadas por cualquiera, dependiendo de una políticas de estímulo monetario o beneficios laborales de escaso significado.
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Por otra parte, y quizás una dificultad más compleja es que las políticas de investigación explícitas que se han difundido han chocado frontalmente con las políticas implícitas de los recursos humanos que han premiado excesivamente las labores de gestión administrativa docente con generosos incentivos económicos y descargas laborales docentes altamente significativas, con la única exclusión de los Consejeros Superiores que no reciben ningún beneficio (¿¿ ?? ).
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No cabe duda que es necesario desarrollar la investigación en la Universidad y que la creación de políticas es indispensable. Lamentablemente lo presentado es mucho más que políticas, más parece un nuevo decreto de creación de la UTEM, hecho a la medida de LP. Espero que estas políticas sean aprobadas en la Facultades antes que en el C. Académico y Superior, Ojala que implique contrataciones de doctores de verdad. Esos de instituciones de real reconocimiento internacional, como los becados por el gobierno en estados unidos, Alemania y similares; con varios ISI o proyectos de nivel; y no amigotes de LP.
ResponderEliminarLo primero que debe hacer LP es tener un DIDA que tenga experiencia en publicación de ISI y/o en proyectos de nivel. Que decir de un VRAC y un VRAF de verdad.
ResponderEliminarsi se aprueban esas politicas, el unico que ganara sera JJ. notese que sus amigotes todos cuentan con un carguito otorgado por LP.
ResponderEliminarCualquier académico de mediana capacidad intelectual puede convertirse en un investigador exitoso si la universidad le otorga los incentivos mínimos y reglas claras.
ResponderEliminarLa frase anterior se enseña en el primer curso de cualquier doctorado, la actividad de investigación no es algo del otro mundo que requiera de conocimientos e inteligencia superdesarrollados para materializarse.
Simplemente requiere de mucha motivación y dedicación, estos requisitos sólo se generan en un ambiente de reglas claras y una remuneración acorde al mercado, lo que no es mucho pedir.
Ojalá fuese verdad lo dicho por el colega.
EliminarPara investigar en el sentido profundo de la palabra se requiere de harta inteligencia y de una fuerte autodisciplina.
Para ser ayudante de investigación basta con la autodisciplina.
Mientras continúe LPF en la Rectoría muy pocos colegas sentirán que sus esfuerzos por investigar serán recompensados de cualquier forma.
ResponderEliminarSe necesita una Administración verdaderamente académica y no política ni filosófica como la actual