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lunes, 28 de octubre de 2013

LA UNIVERIDAD NERD

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POR JUAN G. TEJEDA
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La universidad de hoy, sin embargo, premia a los nerds y castiga o ahuyenta a los espíritus creativos y a las almas dinámicas. 

El lenguaje entero de la universidad se ha vuelto insoportablemente nerd. 

No parece que nadie en el mundo coleccione papers o se los lleve a las vacaciones para leerlos o se los regale a un ser querido. 

El lenguaje y el fraseo positivista de los papers científicos es estiércol cuando lo llevamos al mundo de la creación artística. 

La creación artística es siempre nueva, sorprendente, y no arranca de hipótesis alguna. Tenemos al arte, apunta Nietzsche, para no morir a causa de la verdad. 
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Pero eso no lo saben nuestros vicerrectores. (N.E. : NI LA CNA)
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Dentro de esta floreciente industria así instalada, los académicos operan como modestos proveedores del sistema, y deben a su vez validarse constantemente, aportando a sus instituciones aquellas acciones y productos que sirven para sumar puntos. Se validan los clientes (estudiantes), se validan los proveedores (académicos) y se valida a su vez la institución-empresa (la universidad). Todas estas validaciones son administrativas, arbitrarias, a la manera de los puntos de un juego de cartas.
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Los indicadores que se imponen hoy en el sistema tienden a ser cuantitativos y estandarizados, porque de otro modo no podrían las autoridades políticas y económicas asignar recursos a lo que se va haciendo dentro de las universidades. Categorías como “interesante”, “cálido”, “participativo”, “público”, “emocionante”, etc., no son útiles para la asignación de recursos, en cambio sí lo son las cuantificaciones del tipo “tasas de retención”, “número de doctorados”, “edad promedio”, “papers publicados en revistas indexadas”, “citaciones”, etc.
En esta cultura de indicadores que opera como combinatoria de partículas, la identidad moral de las instituciones se desintegra: ante un dato mensurable como “cantidad de papers publicados en revistas indexadas en el último semestre” da igual que estemos en una universidad pública, o privada, o religiosa, o militar. Los números reemplazan a los valores, y el dinero público sigue magnéticamente al dinero privado.
VER EN : EL MOSTRADOR.CL
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3 comentarios:

  1. Entonces no debemos cambiar?. Imposible, debemos hacer cambios de fondo y no solo de forma. Si no nos asimilamos a lo que exige hoy la sociedad estamos muertos. Debemos cambiar todo y dar paso a la juventud que es la única que tiene los conocimientos y energía necesaria.

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  2. El pueblo chileno votarà por nuestros jovenes profesionales UTEM. Puràn Diputado

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  3. Tienes razón Claudio, LP se ha empreñado en convertir la UTEM en una comunidad de Nerds. Así podrá gobernar en forma absolutista y dejar su heredero.

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