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AUNQUE EL TITULAR DE ESTE COMENTARIO PUEDE LLAMAR A CONFUSIÓN CON LA PEQUEÑA CASA EN LA PRADERA DE LA FAMILIA INGHAM, EN VERDAD NOS REFERIMOS A LA SERIE DE NETFLIX "THE HOUSE OF CARDS"
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En dicha serie se relatan las vicisitudes del compulsivo matrimonio Underwood en su desesperada y despiadada lucha por conservar y acrecentar su poder en la nación más poderosa del planeta.
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No son pocas las personas que sufren trastornos compulsivos de diversos tipos e intensidades.
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Están por ejemplo los vanidoso compulsivos, frecuentes en el mundo del espectáculo y la farándula, capaces de hacer cualquier esfuerzo con tal de llamar la atención.
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Otros, aún más insoportables son los codiciosos compulsivos que se desviven acumulando riquezas que no logran disfrutar y que incluso arriesgan la cárcel con tal de acrecentar sus fortunas.
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Pero, más peligrosos que desagradables, están los que compulsivamente buscan el poder por el simple gusto de ejercer el poder.
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Ninguna de las tres cosas mencionadas es mala en sí misma. La fama, la riqueza y el poder son bienes intangibles buenos en si mismos en la medida que apunten a un fin noble.
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La riqueza, buscada y trabajada honestamente para dar bienestar a las familias y amigos es sin duda una aspiración legítima en la medida que los medios para lograr la sean legítimos.
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La buena fama obtenida a consecuencia de grandes logros científicos, económicos o deportivos en pro de la humanidad, no le hace mal a nadie.
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Lo mismo vale para la conquista del poder si este será usado para conducir a las organizaciones sociales a un éxito sólido y duradero. Bendito sea el poder en dichos casos.
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Pero, la búsqueda y conquista del poder mediante artificios impropios que corrompen la naturaleza de las organizaciones y al fin del camino las llevan a su destrucción, puede deberse a una codicia compulsiva o un afán compulsivo de ejercer el poder por el simple gusto de ejercer el poder.
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Esta es quizás la característica más destacada del matrimonio Underwood. Dos vidas que se enlazan muy jóvenes con el único fin de alcanzar más y más poder, sacrificando todo a ese objetivo y sin saber mucho para que desean tanto poder. Sólo el gusto de dominar a todas las personas, comprando voluntades y explotando todas las debilidades humanas.
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Obviamente la película desnuda brutalmente la verdad que se esconde tras la retórica del patriotismo y el bienestar y seguridad de la nación, sin importar si para ello es necesario matar o desatar guerras cruentas.
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En estos casos, lo único que importa es conservar o lograr el poder.
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Probablemente, la mayoría de estos individuos se mueven por la codicia, pues el poder abre fácilmente las puertas hacia la riqueza. Y según ve nos en las noticias estos casos abundan.
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Pero, no es extraño que la motivación sea una búsqueda compulsiva de ejercer poder sobre sus semejantes.
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AUNQUE EL TITULAR DE ESTE COMENTARIO PUEDE LLAMAR A CONFUSIÓN CON LA PEQUEÑA CASA EN LA PRADERA DE LA FAMILIA INGHAM, EN VERDAD NOS REFERIMOS A LA SERIE DE NETFLIX "THE HOUSE OF CARDS"
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En dicha serie se relatan las vicisitudes del compulsivo matrimonio Underwood en su desesperada y despiadada lucha por conservar y acrecentar su poder en la nación más poderosa del planeta.
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No son pocas las personas que sufren trastornos compulsivos de diversos tipos e intensidades.
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Están por ejemplo los vanidoso compulsivos, frecuentes en el mundo del espectáculo y la farándula, capaces de hacer cualquier esfuerzo con tal de llamar la atención.
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Otros, aún más insoportables son los codiciosos compulsivos que se desviven acumulando riquezas que no logran disfrutar y que incluso arriesgan la cárcel con tal de acrecentar sus fortunas.
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Pero, más peligrosos que desagradables, están los que compulsivamente buscan el poder por el simple gusto de ejercer el poder.
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Ninguna de las tres cosas mencionadas es mala en sí misma. La fama, la riqueza y el poder son bienes intangibles buenos en si mismos en la medida que apunten a un fin noble.
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La riqueza, buscada y trabajada honestamente para dar bienestar a las familias y amigos es sin duda una aspiración legítima en la medida que los medios para lograr la sean legítimos.
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La buena fama obtenida a consecuencia de grandes logros científicos, económicos o deportivos en pro de la humanidad, no le hace mal a nadie.
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Lo mismo vale para la conquista del poder si este será usado para conducir a las organizaciones sociales a un éxito sólido y duradero. Bendito sea el poder en dichos casos.
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Pero, la búsqueda y conquista del poder mediante artificios impropios que corrompen la naturaleza de las organizaciones y al fin del camino las llevan a su destrucción, puede deberse a una codicia compulsiva o un afán compulsivo de ejercer el poder por el simple gusto de ejercer el poder.
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Esta es quizás la característica más destacada del matrimonio Underwood. Dos vidas que se enlazan muy jóvenes con el único fin de alcanzar más y más poder, sacrificando todo a ese objetivo y sin saber mucho para que desean tanto poder. Sólo el gusto de dominar a todas las personas, comprando voluntades y explotando todas las debilidades humanas.
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Obviamente la película desnuda brutalmente la verdad que se esconde tras la retórica del patriotismo y el bienestar y seguridad de la nación, sin importar si para ello es necesario matar o desatar guerras cruentas.
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En estos casos, lo único que importa es conservar o lograr el poder.
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Probablemente, la mayoría de estos individuos se mueven por la codicia, pues el poder abre fácilmente las puertas hacia la riqueza. Y según ve nos en las noticias estos casos abundan.
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Pero, no es extraño que la motivación sea una búsqueda compulsiva de ejercer poder sobre sus semejantes.
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