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domingo, 6 de septiembre de 2015

EX MINISTRO EYZAGUIRRE SE AUTOFLAGELA SEÑALANDO SUS ERRORES DURANTE SU MANDATO

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ENTREVISTA DE EL MERCURIO A NICOLÁS EYZAGUIRRE : CUERPO D
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¿ CONFESIONES O AUTOFLAGELACIONES ?  
 

"Decidí hablar, porque el país está pasando por un momento muy delicado", confiesa Nicolás Eyzaguirre en esta, su primera entrevista desde que diera el paso desde Educación a la Secretaría General de la Presidencia. 

Con extrema honestidad aborda la situación del Gobierno y hace su propio mea culpa.

"Estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar ni de tramitar sin excesivos conflictos".

Y advierte: "voy a ser muy abierto con ustedes, en términos de lo que estoy pensando y lo que estoy sintiendo". (...) Compartido, advierte, con el equipo político; muy conversado con la Presidenta.
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-¿Por qué usted, siempre extrovertido, ha estado tan ausente desde que cambió de ministerio? Es como si hubiera pasado a la clandestinidad...

-Me demoré en hablar, porque me tenía que empapar de las cuestiones propias de este cargo, donde pasa toda la agenda del Gobierno. Pero también porque concibo el trabajo de este ministerio muy hacia adentro; no me parece que tenga que estar comunicando, como sí lo deben hacer el vocero y los ministros del Interior y de Hacienda.


-Niega, entonces, que esté un poco lejano de la "dupla"...

-Los cuatro ministros políticos trabajamos muy cercanamente; nos juntamos rigurosamente los lunes en la mañana con la Presidenta; el martes tomamos desayuno, y el viernes almorzamos. Aparte de eso siempre hay alguna reunión más para coordinarnos. Ponemos sobre la mesa todos los temas para ir tratándoles con una inteligencia colectiva. Con Rodrigo, además -muy, muy amigo- hablamos dos veces al día o más.
-La disyuntiva de estas semanas es la del "realismo sin renuncia". Usted no ha dicho qué entiende por ese postulado de la Presidenta que todavía no está tan claro... ¿Está usted en el lado del realismo o de la no renuncia?

El "realismo sin renuncia" no es contradictorio sino clarísimo para él, y resume su visión de las cosas, tal como las ha venido pensando por meses, "conversándolas con la Presidenta" y socializándolas con sus colegas del gabinete...

"Desde el año pasado, comenzamos con la Presidenta a hablar de las reformas. Había síntomas de que las cosas no estaban bien. Yo tenía una visión crítica, no respecto de los contenidos, sino del ritmo. Cada una es un mundo, en cuanto a que siempre va a tener ganadores y perdedores. Los beneficios tienen que ser más que los costos siempre, pero unos y otros no se distribuyen por igual ".

"En cada política pública hay tres cosas que considerar: primero, la oportunidad, y que sea una reforma relevante; segundo, que sea técnicamente bien hecha, que minimice los efectos colaterales que van en el sentido contrario a lo que persigues, y eso no es simple. El tercer requisito es la dinámica política que permita que los apoyos sean mayores que los disensos. Muchas tienen sus beneficios a mediano plazo y los costos se pagan de inmediato. Esas pueden autoderrotarse".


"Hacer muchas reformas de manera simultánea, tiende a tropezar con el segundo y el tercer factor. Porque no alcanzas a diseñarlas bien técnicamente, o porque no calculas la cantidad de enemigos que te vas a ganar al mover los flancos".
"Yo en Educación lo sentí de manera dramática. El Presidente Lagos, cuando fue ministro, se demoró tres años en el Estatuto Docente. En un año dos meses, yo tenía que hacer una nueva carrera docente, reorganizar la educación particular subvencionada, reestructurar la educación pública, y hacer el cambio del financiamiento de la educación superior. Era imposible hacer las cosas bien a ese ritmo".


"Pero eso lo percibía también para el conjunto del Gobierno. Vi que claramente estábamos metidos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar apropiadamente, ni de tramitar políticamente, sin provocar excesivos conflictos".


La desaceleración económica fue, en su análisis, solo la cereza de la torta. El "realismo sin renuncia", dice, debiera haberse hecho igual, aunque el precio del cobre estuviera en 3 dólares 50.

-Esa fue una advertencia que muchos hicieron a Bachelet desde que mostró su programa en campaña, pero eran inmediatamente descalificados.

-No quiero deslindar responsabilidades, pero no participé en la campaña, estaba en Estados Unidos. Y es distinto cuando estás más alejado, que cuando te comienzas a meter en la implementación.

-La gente lo percibió también muy rápido y ya en septiembre comenzó la caída de la adhesión al Gobierno y el creciente rechazo a las reformas.

-Esa es una interpretación posible, pero no es la que yo tengo.

"Decidí hablar (hoy), porque el país está pasando por un momento muy delicado. 

Y la expresión más palmaria es que si tú sumas la adhesión que la gente expresa en las encuestas por la coalición y por la oposición, está, en su conjunto, en un nivel más bajo que nunca. La tentación de decir que las reformas tienen impacto sobre la economía, y la economía se cayó, y con ello el apoyo al Gobierno, y por eso estamos como estamos, no la comparto. Ha habido períodos de desaceleración, como el estallido de la burbuja punto com en tiempos de Lagos, y no pasó. 

Además no creo -como economista que he sido toda una vida- que las reformas sean responsables de la desaceleración. No digo que hayan estado bien hechas, pero tampoco que la 'malaise' que nos recorre sea producto de ellas. Si fuera así, el apoyo que pierde el Gobierno, debiera capturarlo la oposición".
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"La crisis de confianza con la élite es transversal y abarca lo político, lo empresarial, lo eclesial. Lo que está pasando es propio de los países con estructuras muy inequitativas. Como nosotros, Brasil, Egipto, Sudáfrica. Las redes sociales dieron capacidad de coordinación a las personas, para congregarse y protestar. Y cambió completamente su condición ciudadana".

-¿En qué minuto sitúa el comienzo de la crisis de confianza y qué importancia tienen los casos de política y corrupción que reventaron este año?

-A mi juicio, esto parte con el movimiento de los pingüinos de 2006.

"Ahí comenzó a generarse este malaise de falta de credibilidad. Estamos hablando de tiempos, los más prósperos que haya vivido el país desde la belle époque en 1870. La gente tiene condiciones, proyectos de vida y de consumo que eran impensados. Pero la insatisfacción creció todavía más rápido. Esa es la paradoja. Y lo que termina generando la crisis en la que estamos actualmente es Penta, Soquimich y, lo más grave de todo, Caval".

-¿Por qué Caval es lo más grave?

-La Presidenta era la líder incombustible. Frente a los políticos, frente a los empresarios que habían cometido abusos, había una persona distinta, que era ella. Lo de Caval es devastador, porque a pesar de que ella es completamente proba, aparece su hijo disfrutando de los privilegios que se trataba de desmontar. El país entonces se queda sin fe. Eso no puede ser más trágico. Yo conozco a la Presidenta de toda una vida. Y sé que se podrá decir lo que se quiera de ella, pero nunca ha usado atajos. Ella sigue y va a seguir adelante, porque es una persona genuina, pero no hay muchas figuras capaces de retomar la fe de la ciudadanía.

-A estas alturas, ¿tiene usted alguna idea de cómo recuperar la fe?

-Lo primero es darnos cuenta de que estamos metidos todos en un mismo bote: gobierno y oposición, en el sentido de que nuestro problema es común: la gente no nos cree. Pero en vez de entender que lo que falta es un common ground -un espacio en común- para mejorar la calidad de la política y hacerse cargo de los problemas de la gente, lo que ha comenzado es una guerrilla de quién tiene la culpa. Dentro de la Nueva Mayoría se atacan unos a otros; y de manera brutal, el Gobierno y la oposición.

-¿No es el pecado original la forma como se rayó la cancha al partir este gobierno?

-No, partió mucho antes. En vez de valorarse los veintitantos años de prosperidad, todo el mundo comenzó a decir que era poco profundo, que estaba mal hecho. Ni desde la Concertación ni desde la oposición hubo valoración por lo logrado.

"La revolución pingüina fue reveladora del egoísmo de nuestra sociedad. En ese momento ya podía decirse que existía la capacidad económica como para haber dado una educación digna y de calidad para todos. Yo soy muy liberal en lo económico, por lo tanto no creo en la igualdad a la llegada, pero creo que el mérito tiene que ser lo fundamental. 

Si en una sociedad hay personas que no tienen posibilidad de movilidad social, porque cayeron en la parte incorrecta de la cancha, y no van a poder nunca meter un gol, eso va generando un resentimiento brutal. Y mucha tensión social, el agrio ambiente en que estamos viviendo. ¿Y qué hacen las élites? Se sobreideologizan; la derecha partió a sus postulados más básicos y la izquierda partió a comprarse atajos que no son realistas".

-¿Es lo que pasó al comienzo de este gobierno?
- Es un poco lo que pasó, se ideologizó excesivamente la discusión sobre la desigualdad. Ni Superman puede diseñar técnica y políticamente bien una cantidad de reformas que son complejas y, al mismo tiempo, gestionar bien. Entonces comienzas a descuidar cuestiones del diario vivir que a la gente le producen mucho más malestar y desconfianza. Ese es el realismo sin renuncia. Estados Unidos es un país relativamente desigual pero con movilidad. Si alguien se esfuerza conseguirá mejorar, independientemente de donde nació. They make it , como dicen. Chile no tiene esa movilidad.

"Hay que buscar una fórmula que ponga proporcionalidad"

-La reforma laboral será la primera prueba para la "amistad cívica" que quiere instalar. ¿Cómo pretende imponer este espíritu si las posiciones aquí son tan divergentes?

-Mi posición es que así como creo que el sindicalismo de los 60 no es adecuado para una economía moderna que debe ser flexible, creo absolutamente en la titularidad sindical respecto de los beneficios obtenidos en sus negociaciones.

"También creo en las relaciones laborales como un espacio en que compartan y no luchen trabajadores y empresarios".

-El Gobierno se ha tomado más tiempo para las indicaciones. ¿Cómo conseguirá el apoyo de la CUT y de la DC, si sus posiciones están hoy tan distantes?

-Hasta ahora en Chile hemos tenido una legislación laboral decimonónica que perjudica a los trabajadores. Pensar que un grupo de la empresa que no está en el sindicato pueda negociar por igual, o que el empleador pacte beneficios con el sindicato y se los extienda al resto según su gusto, son reglas que no existen en ninguna parte del mundo. En esas condiciones, el sindicato no tiene ningún poder real. 

El sindicato debe tener más poder, pero no al punto de generar riesgos severos a la viabilidad de la empresa o que el empresario termine mecanizando todas las faenas. Hay que buscar una fórmula que ponga proporcionalidad entre el daño potencial que produce una huelga y las justas demandas de los sindicatos.
(:::)

-¿Y cómo la ha visto en estos meses que han sido tan duros para ella en lo político y en lo humano?

-En política, no hay nada más duro que verse tocado por cuestiones familiares. Vi cómo lo pasó de mal el Presidente Lagos con su yerno en el caso Inverlink. Para ella fue durísimo, pero la Presidenta es una persona admirablemente resiliente. Con todos los golpes, uno la ve entusiasta, trabajando de la mañana a la noche, comprometida con el país.

(...)
-¿Qué debiera hacer la Presidenta para recuperar confianzas y nuevamente cercanía con la gente?

-La Presidenta tiene una ventaja grande; no es candidata. No es un enemigo potencial para los otros que se intentan poner la banda. Eso ayuda. Contrariamente a lo que se dice, ha delegado bastante la gestión, la administración, en el comité político, nos empodera bastante y está muy preocupada de restituir el clima de confianza y de mejorar la gestión del Gobierno. 

La gestión del Gobierno no ha sido buena, los problemas que tenemos en salud y en seguridad ciudadana son inaceptables. Inaceptables. Hay que mejorarlos sí o sí.
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"¿Puedo hacer un mea culpa?".
Aquí su confesión: "Cuando terminó el gobierno del Presidente Lagos viví 5 años en Estados Unidos. Cuando llegué, me llamaron la atención todas estas protestas sociales, pero no me di cuenta de cómo se había agriado el ambiente.
(...)

-¿No le dejó una herencia complicada a la ministra Delpiano, que ahora debe solucionar el enredo en que se convirtió la gratuidad, el nuevo diseño de la educación superior y reconquistar al 75% de gente que rechaza la gestión del Gobierno en educación?
-No sé si se la dejé yo. Recuerden que el programa establecía cambios rápidos y profundos, y cada proyecto de ley es tan extraordinariamente complejo que tenerlos listos, bien armados y consensuados en el corto plazo, era un imposible. El programa educacional padeció de exceso de ambición.

-¿Sería el caso de hacer todo más paulatino y no obligarse a sacar la ley de gratuidad de las universidades?

-Lo que se ha planteado es que en el Presupuesto 2016, solamente por un año, les demos gratuidad a las universidades del Consejo de Rectores más otras tres que cumplen con los requisitos. 

Se podrían haber bajado los requisitos para ampliar el número de alumnos vulnerables y darles un porcentaje inferior de gratuidad. Sé que esto es opinable, pero creo que es preferible que la mitad pase a pagar 0 el primer año, y luego sumar a la otra mitad. Ahora, visto en perspectiva, pienso que lo obvio e ideal habría sido definir el marco regulatorio de las instituciones de educación superior y después avanzar en la gratuidad, para haber consensuado los criterios. Pero desgraciadamente sacar tantos proyectos de ley, ¡saqué 10 proyectos!, era imposible.

-En Hacienda fue uno de los ministros más populares de Lagos. ¿Cómo vivió el rechazo ciudadano como ministro de Educación?

"A Educación le llaman la silla eléctrica", se ríe. "Es un ministerio tan complejo y polémico que hay que ir al sacrificio. ¿Se han fijado que mi pobre 'Nanita', a quien quiero tanto, Adriana Delpiano, ya es una de las personas más conocidas y peor evaluadas en dos encuestas Adimark?".

-Bueno, y usted es el ministro más conocido de todos, pero con solo 35% de aprobación y 56% de rechazo.

-La pasada por educación me va a acompañar para el resto de la vida. Educación es donde mueren los valientes- y se ríe de nuevo. 

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LEER COMPLETO EN : EL MERCURIO.COM / EYZAGUIRRE

2 comentarios:

  1. Muchachos, según mis cálculos, mañana vence el plazo de 90 días de suspensión del juicio de Criminalística y no hubo acuerdo con los demandantes, Ohhh.
    Se viene la sentencia, a prepararse

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  2. LUCHO ¿ o TÚ o tu hijo Miguelin ?
    Es el turno de la Gran Espada de Damócles

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