ESTANDO A PUNTO DE FINALIZAR EL ESTADO DE EPIDEMIA NACIONAL MUCHOS SE PREGUNTAN CUÁNDO EL PAÍS RETORNARÁ A LA "NORMALIDAD", O A LA "NUEVA NORMALIDAD".
Obviamente, nada o sólo muy pocas volverán a ser y a hacerse tal como eran antes o se hacían antes. Y como tal como muchos sospechan, la virtualidad vino para quedarse en forma más o menos intensa en diversos aspectos del quehacer humano colectivo e individual.
Entre otras, las del mundo de la gestión, la administración, la docencia, sistema bancario y financiero, comercio y varios otros, son los que más han sufrido cambios que no se retrotraerán ni por mucho voluntarismo que se les quiera aplicar. Miles de puestos de trabajo han desaparecido y no se recuperarán. En cambio otros subsistirán experimentando fuertes cambios como es el caso de los servicios docentes en la educación superior.
A la pregunta del ¿¿CUÁNDO?? la respuesta es : MUY PRONTO
A la pregunta del ¿¿CÓMO?? la respuesta es : EN FORMA DIVERSA, MIXTA Y VARIABLE.
A la pregunta del ¿¿CUÁNTO?? la respuesta es: DEPENDERÁ DE LAS CARRERAS Y DE LOS NIVELES DE AVANCE DE LOS ESTUDIANTES.
Pero las preguntas que orientarán las respuestas específicas de las tres precedentes son el ¿¿PARA QUÉ?? y el ¿¿POR QUÉ?? que obligarán a cada Universidad, a cada Facultad, a cada Escuela y a cada profesor a reflexionar seriamente sobre el qué harán y porqué lo harán de tal forma de elevar los niveles de eficiencia tanto en los aspectos instructivos como educativos de cada una de sus actividades a la luz de las tecnologías educativas y comunicativas ensayadas durante la pandemia.
Durante muchísimos años el énfasis del proceso docente ha estado puesto en el aspecto instruccional estudiante, suponiendo que el realmente importante: el educativo o formativo del carácter se daba por añadidura o de forma subyacente. Sin embargo, es hoy cada vez más claro que en un mundo en fuerte cambio y desarrollo tecnológico que el esfuerzo principal debe estar explícitamente en el aspecto educativo de la racionalidad, la criticidad, la responsabilidad, la metodología investigativa, creativa o innovativa, la autodisciplina, la iniciativa, las capacidades de controlar impulsos, la de desarrollar las habilidades comunicacionales y de cálculo y evaluación de impactos deseados y no deseados de la acción profesional en los diversos ámbitos laborales, por citar algunas de las más necesarias.
Cuánto de ésto se logrado durante el periodo de la pandemia es una pregunta que cada académico y estudiante debiera ser capaz de responderse con seriedad y sinceridad. Pero más importante es qué hará cada cual para lograr esas metas educativas en la forma más eficaz y eficiente posible, pues de eso dependerá en el mediano plazo la subsistencia de muchas casas de estudios superiores dado que en un país empobrecido pero con altas demandas de bienestar, la sociedad estará cada vez menos dispuesta a gastar recursos en procesos poco eficaces y eficientes.
El retorno a esta "nueva normalidad" no será fácil para nadie, especialmente para los estudiantes carentes en mayor o menor medida de las cualidades o habilidades señaladas y que han sorteado tres semestres con sistemas de evaluación virtuales y con probablemente grandes vacíos en materias con un fuerte contenido piramidal.
Para los académicos el gran desafío será el fortalecer el trabajo de talleres sustantivos e interactivos con la realidad que permitan a sus estudiantes desarrollar las habilidades profesionales adecuadas y necesarias para un ejercicio profesional actualizado y competitivo en un mercado ocupacional exigente.
Y para los directivos de todo nivel reevaluar los Planes y Programas de cada carrera a fin de ponerlos acordes al mundo real.
Pues, si alguien pretende volver a la presencialidad para seguir haciendo lo mismo que hacía por internet, se encontrará con estudiantes que le preguntarán sobre el porqué los hacen perder tiempo viajando en transporte público, vestuario, alimentación y asumiendo riesgos de salud que perfectamente se podrían evitar.
Mientras el mundo corre, el que no avanza, de hecho retrocede en posiciones relativas hasta el punto de ser enviado al cajón de los desperdicios.
Quizás el cambio más necesario y relevante está en las metodologías del proceso de enseñanza-aprendizaje. A lo mejor, a Aristóteles no le parezca bien este comentario, pero hoy en día, es necesario motivar a los estudiantes y lograr su compromiso con los valores, así como desarrollar competencias y habilidades, tanto blandas como duras
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EliminarQue la ley pareja se aplique. Desde la rectora hacia abajo, todos los que están considerados académicos deben hacer clases y no esconderse de los contagios en sus comidas oficinas.
ResponderEliminarSr. Comentarista de las 12:22, el que se esconde es usted. Hummm, quién será realmente?. Varias opciones. No será que usted no quiere ir a trabajar y se molesta porque no lo dejan descansar?.
ResponderEliminarEn la Utem existe algún tipo de gasto de fondo reservado en algunas de las jefaturas que hayan podido ser mal gastada o no gastado y habérsela guardado o ahorrado para fines personales o otros gastos particulares
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