JUGANDO CON FUEGO : LOS HOMBRES PASAN, .... LAS INSTITUCIONES QUEDAN PARA PAGAR LAS DEUDAS

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Observando las conductas de nuestras autoridades y de quienes les dan el soporte dentro de nuestro peculiar sistema "democrático", surge la inquietud respecto de la capacidad de aprendizaje de todos estos personas que en representación del Estado de Chile ejercen el control y dominio de los ingentes y escasos recursos que se disponen para el desarrollo educativo del pueblo de Chile.

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Pareciera que la mayoría de éstos no logró asimilar bien las trágicas consecuencias de las aventuras del ex rector Avendaño, quien junto a sus principales asociados,  resultaron bastante bien librados de éstas consecuencias.

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Es cierto que hasta la fecha no se ha incurrido en las escandalosas actividades que finalizaron con un alto costo para la Utem y sus estudiantes hace sólo 12 años atrás.

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Sin embargo, poco a poco se han ido traspasando las fronteras que el buen sentido indica que se deben respetar en una gestión mínimamente aceptable.

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En una de las Actas recientemente publicadas aparece que el consejero externo, Sr. Carvallo, consulta por un resultado financiero que cierra el año con 19 mil millones de pesos en caja, recibiendo como respuesta que en parte eso se debe a Convenios de lento desarrollo y ejecución.

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Sin embargo, sorprende la ligereza con que se cierra el incómodo tema sin analizar con profundidad el detalle de esa enorme cifra.

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Obviamente, no sorprende que a continuación de ésto, las autoridades ejecutivas destinen importantes cantidades de dinero en Caja para realizar inversiones inmobiliarias sin el respaldo de un proyecto de desarrollo coherente con esas inversiones.

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Demás estaría decir que esos dineros acumulados obedecen en parte importante a los aportes que tanto estudiantes como el Estado realizan sobre los supuestos costos de la docencia y desarrollo de la universidad. 

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Probablemente, el nuevo gobierno nacional envíe a nuevos representantes externos y que entre ellos venga alguno que indague sobre la racionalidad de la gestión financiera y no se contente con una respuesta tan superficial.

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Y, quizás, algún día venga una directiva estudiantil a realizar sus tareas en serio y se preocupe de verdad del desarrollo de su universidad.

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