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UNA VIEJA Y MALA COSTUMBRE : AVISAR LAS SUSPENSIONES DE CLASES DESPUÉS DE HACER VENIR A PROFESORES JP Y ESTUDIANTES.
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No parece fácil explicar el porqué de esta extraña costumbre que pese a las molestias que produce, nunca ha sido hecha explícita.
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Ya sea el día del joven combatiente o el 11 de septiembre, ambas fechas luctuosas de nuestra historia reciente, por tradición y muchas otras razones potentes, tanto la Utem como la USACH han usualmente suspendido sus clases y las actividades administrativas se han suspendido a media mañana.
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La memoria de los hechos referidos se ha hecho carne en el corazón de importantes sectores de Chile; y quizás algún día, cuando la sociedad logre madurar lo acontecido, serán declarados feriados nacionales.
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Pero en el intentando, las autoridades nacionales no saben que hacer para manejar la situación limitándose a lamentar las lamentables consecuencias de las protestas callejeras, mientras la Televisión se solaza filmando las repetidas escenas de destrucción del mobiliario urbano y los combates de encapuchados con la policía.
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Quizás las autoridades nacionales que administran el régimen político actual esperan que el tiempo borré el recuerdo de los hechos que se conmemoran. Pero, después de 40 años de ocurridos pareciera que el recuerdo y los símbolos políticos encerrados en estos acontecimientos han sido más potentes que la indolencia de las autoridades políticas que se niegan a reconocer sus responsabilidades colectivas.
En desarrollo
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UNA VIEJA Y MALA COSTUMBRE : AVISAR LAS SUSPENSIONES DE CLASES DESPUÉS DE HACER VENIR A PROFESORES JP Y ESTUDIANTES.
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No parece fácil explicar el porqué de esta extraña costumbre que pese a las molestias que produce, nunca ha sido hecha explícita.
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Ya sea el día del joven combatiente o el 11 de septiembre, ambas fechas luctuosas de nuestra historia reciente, por tradición y muchas otras razones potentes, tanto la Utem como la USACH han usualmente suspendido sus clases y las actividades administrativas se han suspendido a media mañana.
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La memoria de los hechos referidos se ha hecho carne en el corazón de importantes sectores de Chile; y quizás algún día, cuando la sociedad logre madurar lo acontecido, serán declarados feriados nacionales.
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Pero en el intentando, las autoridades nacionales no saben que hacer para manejar la situación limitándose a lamentar las lamentables consecuencias de las protestas callejeras, mientras la Televisión se solaza filmando las repetidas escenas de destrucción del mobiliario urbano y los combates de encapuchados con la policía.
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Quizás las autoridades nacionales que administran el régimen político actual esperan que el tiempo borré el recuerdo de los hechos que se conmemoran. Pero, después de 40 años de ocurridos pareciera que el recuerdo y los símbolos políticos encerrados en estos acontecimientos han sido más potentes que la indolencia de las autoridades políticas que se niegan a reconocer sus responsabilidades colectivas.
En desarrollo
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El 11 de septiembre era feriado nacional y misteriosamente desapareció.
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