Santiago, 8 de abril de 2021
Querida comunidad UTEM:
Con profunda emoción y
convicción, me dirijo a ustedes, para reiterar mi decisión inquebrantable de
presentar mi candidatura a Rectora de nuestra institución.
No es esta una
decisión fundada en consideraciones personales o de cálculo. Ha sido el
resultado de una reflexión largamente meditada, empujada por las académicas y
los académicos que me han planteado reiteradamente que asuma el desafío, al
cabo de la cual he concluido que la Universidad Tecnológica Metropolitana
requiere un nuevo liderazgo y un nuevo ciclo histórico para nuestra Casa de
Estudios.
Un nuevo tiempo en el que, incorporando los aprendizajes y las
realizaciones del período previo, cristalice un proyecto universitario basado
en la modernización y la eficiencia, pero, sobre todo, por la renovación y la
transparencia, la inclusión y la participación. Estos son los ejes y
características esenciales de nuestra propuesta rectoral.
Nos parece
indispensable un nuevo liderazgo para la UTEM y que esta renovación se
encuentre asociada a contenidos, que garanticen que las próximas elecciones
representen más que una mera oportunidad de recambio y sean más bien el punto
de partida de una transformación positiva, el comienzo de una nueva etapa.
Ya
hace 27 años, en 1994, llegué a la UTEM como académica. Desde entonces, he
recorrido una trayectoria ascendente en diferentes responsabilidades, que me
ha permitido atesorar la experiencia necesaria para dirigir los destinos de la
Universidad, pero particularmente para desarrollar la certeza de que es
posible y necesario que se abra paso, hoy y no mañana, a un nuevo y mejor
destino institucional que construyamos entre todas y todos.
Hemos elaborado un
programa que ha sido resultado de numerosos aportes de personas de la
comunidad académica y universitaria, que han manifestado su apoyo con ideas
frescas e innovadoras, motivados por el salto adelante que debemos dar, que
debe considerar la inclusión participativa y colectiva como sello distintivo.
En este sentido, no lo consideramos un producto acabado y terminal, ni un mero
artefacto técnico o formal, sino como una caja de herramientas y una ruta de
navegación para construir una gestión rectoral que combine la estabilidad
institucional, las necesidades de crecimiento frente a los nuevos desafíos y
las tareas pendientes, y una gobernanza democrática.
Hemos escuchado una
diversidad de voces en la totalidad de las Facultades, el programa estará a
disposición de todas y todos, para su enriquecimiento, en el momento que lo
disponga el Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL) para la elección de
Rector o Rectora.
Será una buena oportunidad de contrastar distintas visiones
en el marco de una competencia alegre y sana.
Estoy consciente del enorme
desafío que representa para una mujer intentar encabezar una institución de
educación superior y las dificultades que las mujeres enfrentan para asumir
roles de liderazgo en la sociedad.
Es pública y notoria la distribución
desigual de los roles y el poder. Pero también conocemos la creciente
conciencia del país, a la cual no es ajena la comunidad universitaria,
respecto de la necesidad de avanzar crecientemente en la paridad de género,
como base de una convivencia más justa y armónica para todas y todos.
Ello,
por lo demás, en circunstancias que desde la sociedad se ha levantado también
la demanda por la alternancia, la renovación y el límite a los mandatos, como
bases claves de la inclusión y una mejor calidad de la convivencia. En este
sentido, siento que la elección de Rectoría de la UTEM tiene un sentido
profundo que trasciende más allá de nuestras fronteras y que se vincula con la
historia que comenzó a tejerse cuando Eloísa Díaz se convirtió en la primera
mujer estudiante de Medicina en la Universidad de Chile.
Tengo plena
disposición de enfrentar el desafío, sobre todo porque confío en que la
mayoría inmensa de la comunidad universitaria también está consciente de que
nuestro proyecto lo desarrollaremos con el esfuerzo y la participación de
todas y cada una de las personas de nuestra querida UTEM.
Conozco los justos
anhelos de las y los académicos, las y los funcionarios, y estudiantes que
hacemos la UTEM cada día, y ha llegado la hora de hacerlos realidad cotidiana,
con la brújula orientada a convertirnos en una universidad de excelencia, para
lo cual entre otras cosas es indispensable atender de manera apropiada las
necesidades del ejercicio de la actividad académica.
La experiencia acumulada
en estos años me permite tener profunda y rigurosa claridad sobre la ruta que
debemos recorrer hacia nuevos tiempos.
Me parece pertinente hacer dos
consideraciones indispensables respecto del período en que hoy nos
encontramos. En primer término, como ha sido de público conocimiento de la
Universidad, el 8 de Marzo fui removida de mi responsabilidad de Vicerrectora
Académica.
Se argumentó, que era incompatible el ejercicio del cargo con una
candidatura a la Rectoría. Así las cosas, se estableció un principio
jurisprudencial que, a mi juicio, contribuirá al mejoramiento de la calidad de
la democracia institucional, en lo que se refiere a las condiciones de
igualdad en que deben concurrir las y los candidatos a la primera
responsabilidad de la Universidad.
Por consiguiente, hago un llamado a todas
las personas que ahora aspiren a presentar sus candidaturas a la Rectoría a
honrar este principio de igualdad que debería primar en las elecciones y
considerarlo para materializar sus postulaciones.
En las actuales condiciones
resultaría completamente incomprensible que esto no ocurriera. En segundo
lugar, estimo necesario manifestar que creo profundamente que la unidad es
condición necesaria para el desarrollo de la Universidad. Pero también es
preciso aclarar que la unidad nunca puede ser el resultado de una imposición
arbitraria o de colocar límites a la libre expresión de las diversidades que
nos constituyen. La unidad es una creación de carácter participativo,
respetuosa de las disidencias y pluralidades. Por ello, no tengo dudas de que
el proceso electoral en curso puede y debe ser una contribución en ese
sentido.
Sin embargo, para que ello sea parte constitutiva de la hechura
institucional, y no solamente una coyuntura, es necesaria una Rectoría
comprometida con esa visión. Por ello, hago un llamado a la unidad y reitero,
mi candidatura se propone expresar una alternativa de liderazgo asociada con
un proyecto.
Finalmente, creo que es fundamental que el proceso de elección de
Rector o Rectora no permita que pasen a segundo plano las responsabilidades
permanentes de que tenemos que hacernos cargo. Como es sabido, la UTEM tiene
que enfrentar su proceso de acreditación en el actual período. En ese sentido,
manifiesto mi voluntad y absoluta disposición de colaborar desde ahora mismo,
con mi experiencia y conocimientos técnicos y académicos, en todas las tareas
que aporten a lograr el mejor resultado en el proceso de acreditación
institucional.
El país cambió. La UTEM es parte de este cambio. Queremos un
nuevo tiempo para nuestra Universidad. Estoy convencida de que juntas y juntos
podemos lograr un mejor futuro para todas las personas que forman parte de la
comunidad de la UTEM.
Estoy a disposición de todas y todos para conversar,
intercambiar, escucharnos, hacer todos los esfuerzos para juntar todos
nuestros anhelos.
Un abrazo.
Marisol Durán Santis
Candidata a Rectora
JORNADA COMPLETA DEPARTAMENTO DE BIOTECNOLOGÍA