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AUNQUE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD ESTÁ LLENA DE EJEMPLOS QUE CERTIFICAN LA VALIDEZ DEL VIEJO REFRÁN, NO FALTAN NI FALTARÁN LOS QUE CONSTRUYEN SIN PREOCUPARSE POR LA SOLIDEZ DE LOS CIMIENTOS.
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Son variadas las motivaciones de quienes así proceden. En algunos casos, podría ser inadvertencia o la confianza en que en la zona en construcción no ocurren sísmos importantes.
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En otros, la simple "atorrantería" de confiar en la buena estrella personal y suponer que a él no le pasará nada, como suele ocurrirle a los que manejan bajo la influencia del alcohol.
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También existen los que en cierto sentido son como "los hijitos de papá" , seguros de si mismos porque en caso de desastre alguien poderoso lo sacará del apuro.
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Y por último están los irresponsables endógenos que les importa un cuesco o menos las consecuencias de sus desaciertos.
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Sin embargo, en la mayoría de los casos suele darse una combinación ponderada de todos esos factores, pues lo que muchas veces importa es disfrutar rápidamente los logros alcanzados pues no se tiene la paciencia que requiere una obra bien ejecutada.
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Cuántos esfuerzos malgastados y cuánto daño a terceros como consecuencia de esta conjunción de desaciertos y descriterios es y serán siempre muy difíciles de evaluar y responsabilizar.
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Quizás por ello, se repite la historia una y otra vez, renovándose los culpables y los afectados.
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El reciente incendio de Valparaíso es un ejemplo bastante impactante, pero sin duda tenemos otros más cercanos en nuestro entorno inmediato.
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Qué así es Chile y así se hacen las cosas en la mayor parte de los países subdesarrollados resulta una buena excusa o justificación para proceder así en casi todos los niveles de decisión.
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E N D E S A R R O L L O
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AUNQUE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD ESTÁ LLENA DE EJEMPLOS QUE CERTIFICAN LA VALIDEZ DEL VIEJO REFRÁN, NO FALTAN NI FALTARÁN LOS QUE CONSTRUYEN SIN PREOCUPARSE POR LA SOLIDEZ DE LOS CIMIENTOS.
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Son variadas las motivaciones de quienes así proceden. En algunos casos, podría ser inadvertencia o la confianza en que en la zona en construcción no ocurren sísmos importantes.
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En otros, la simple "atorrantería" de confiar en la buena estrella personal y suponer que a él no le pasará nada, como suele ocurrirle a los que manejan bajo la influencia del alcohol.
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También existen los que en cierto sentido son como "los hijitos de papá" , seguros de si mismos porque en caso de desastre alguien poderoso lo sacará del apuro.
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Y por último están los irresponsables endógenos que les importa un cuesco o menos las consecuencias de sus desaciertos.
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Sin embargo, en la mayoría de los casos suele darse una combinación ponderada de todos esos factores, pues lo que muchas veces importa es disfrutar rápidamente los logros alcanzados pues no se tiene la paciencia que requiere una obra bien ejecutada.
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Cuántos esfuerzos malgastados y cuánto daño a terceros como consecuencia de esta conjunción de desaciertos y descriterios es y serán siempre muy difíciles de evaluar y responsabilizar.
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Quizás por ello, se repite la historia una y otra vez, renovándose los culpables y los afectados.
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El reciente incendio de Valparaíso es un ejemplo bastante impactante, pero sin duda tenemos otros más cercanos en nuestro entorno inmediato.
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Qué así es Chile y así se hacen las cosas en la mayor parte de los países subdesarrollados resulta una buena excusa o justificación para proceder así en casi todos los niveles de decisión.
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E N D E S A R R O L L O
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