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Sr. Director :
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Sr. Director :
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Se
acerca el período de elecciones FECH y la competencia toma protagonismo
entre las fuerzas políticas estudiantiles. Aprovechando este contexto, y
con el ánimo de contribuir al debate de fondo, quisiéramos aportar un
breve balance sobre el rol del movimiento estudiantil en estos años y lo
que se juega en estas elecciones de federación.
Este
año 2016 hemos podido constatar dos aspectos que nos parecen
fundamentales de ponderar en el análisis: por un lado, que el estallido
de movilizaciones y el malestar social en el seno de la educación de
mercado persiste e incluso aumenta; y por otro, la incapacidad del
gobierno de ofrecer una solución democrática y transformadora a este
conflicto. A esto debemos agregarle una autocrítica, que dice relación
con el agotamiento de la estrategia de movilización que apuesta por la
crítica, pero que se queda corta para proponer soluciones a las demandas
históricas de los estudiantes.
El
escenario que se perfila para el 2017 requerirá de una disposición
mayor de nuestra parte, el estudiantado, hacia el debate político. Está
en juego si finalmente la Reforma a la Educación Superior es un puntapié
inicial para inaugurar un proceso de cambios estructurales en
educación, o si reafirma el conservadurismo neoliberal que ha
caracterizado a la política pública de las últimas décadas. Una
conducción oficialista en la FECH puede facilitar un acuerdo de la vieja
política en torno a este conflicto, quedando los estudiantes nuevamente
fuera de juego. Por su parte, una conducción que sólo se quede en la
crítica, posibilita el mismo acuerdo, pero por omisión.
Las
tareas futuras exigen reconocer el enorme potencial del movimiento
estudiantil, pero también lo estéril que resulta esta fuerza si no
renovamos nuestra estrategia. Como Izquierda Autónoma consideramos
fundamental re-articular la movilización en torno a conflictos actuales,
que interpreten a las nuevas generaciones de estudiantes que se
incorporan a la educación superior. Esta recomposición supone tender
puentes hacia otros actores educacionales que también han abierto el
debate público y también una actitud generosa entre las fuerzas de
cambio que se organizan con autonomía del bloque dominante, es decir, la
derecha y la Nueva Mayoría. Esta última ha demostrado ser incapaz de
impulsar transformaciones dada su vinculación directa con el negocio
educativo, entre otros. Acumular la fuerza necesaria para derrotar esos
intereses es una tarea en la que nadie sobra.
Agrupaciones
de endeudados por la educación, rectores y trabajadores con disposición
a defender lo público, y estudiantes de instituciones privadas que
enriquecen a sus dueños a costa de la promesa de una vida mejor. Son el
nuevo rostro de un actor social aún en construcción, y que busca hacerse
un espacio en política. Nuestro propósito es conformar un bloque social
relevante en la lucha educacional, que abra la puerta para una
expansión de la educación pública y el aseguramiento de la educación
como derecho social. No estamos dispuestos a tejer lealtades con el
gobierno ni quedarnos en las mera consigna y denuncia. Demostrar que
otro camino es posible en la reforma educacional y trabajar
incansablemente por abrir un ciclo de transformaciones por
desmercantilizar nuestras vidas es nuestro compromiso.
Camila Rojas, presidenta FECH
Diego López, c/ presidencia FECH.
Militantes Izquierda Autónoma.
Diego López, c/ presidencia FECH.
Militantes Izquierda Autónoma.
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