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LOS GRAVÍSIMOS PROBLEMAS DE TRANSPARENCIA EN LAS COMPRAVENTAS DE INMUEBLES FISCALES O CORPORATIVOS.
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No es un misterio para nadie que las compraventas de bienes corporativos, en particular los fiscales, están afectas a graves problemas de valorización de éstos, debido a la escasa información de mercado existente y la complejidad de las tasaciones que se pueden realizar, incluso suponiendo la mejor de las intenciones de los tasadores y de sus experticias.
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Sin embargo, a diferencia de un departamento habitacional, dón del valor del metro cuadrado construído en un determinado sector residencial se acerca bastante a los de un "commodity", la tasación de los bienes corporativos es muchísima más compleja y por ende se presta su comercialización para manejos obscuros difíciles de detectar. Más aún si esta transacción se realiza con un sólo oferente de compra.
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Por ello, por lo general se recurre a licitaciones públicas de amplia difusión en el mercado encargadas a agentes financieros que se toman un buen tiempo escrutando los mercados y diversos clientes potenciales.
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¿¿¿ Es eso efectivamente lo que se habría realizado con los edificios de la FAE ubicados en un cotizado barrio de Providencia a una cuadra de Clínicas, Hospitales, Metro, aledaños a dos vías principales de transporte de superficie y edificaciones de relativa buena calidad y flexibilidad ???
Lamentablemente, todo pareciera que no ha sido hecho así; al menos, hasta dónde la escasa transparencia de los procesos realizados hasta ahora permite formarse un juicio prudente e informado.
Cualquier traspié en esta materia, no pasaría inadvertido en un medio ambiente cada vez más inquisitivo de las redes sociales y con una Contraloría General inquieta y decidida a romper antiguos silencios y prácticas de "vistas gordas" que abrieron la puertas a una ola de corrupción masiva en casi todo orden de instituciones nacionales, tal como en estos días ponen de manifiesto los noticieros hasta el punto de la saturación del asombro y perplejidad nacional.
Ojalá que un mínimo buen sentido de quiénes deberán tomar las decisiones finales los lleve a abstenerse de realizar un negocio que no sólo levantará suspicacias, sino que podría implicar investigaciones formales que se transformarían rápidamente en un escándalo que afectaría a todas las universidades estatales que permanentemente se quejan de escasez de recursos para atender bien a sus estudiantes y desarrollar investigación de avanzada y de calidad. Más aún cuando, la simpatías de las actuales autoridades del MINEDUC no pasan necesariamente por estos lados.
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