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Golpeado desde la izquierda por el Frente Amplio y desde la derecha por los Kast's y Ossandón, el gran edificio construido durante los 80s. por las insignes figuras de Onofre Jarpa, Gabriel Valdés, P. Aylwin, A. Allamand, R. Lagos E. y muchos otros más, comienza a demolerse entre las manos de sus ineptos seguidores como consecuencia de sus "errores" y de la dinámica social, económica y cultural que provocaron.
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Un millón trescientos mil jóvenes estudiando en educación superior, con una producción actual de aproximadamente 200.000 egresados por año, están cambiando la fisonomía cultural, social y política del país.
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Independiente de su calidad, estos jóvenes que hoy luego de 10 años de desarrollo alcanzan una masa cercana a los dos millones de trabajadores ilustrados en el país, se aprestan a decir basta al sistema de inequidades existente e incompatibles con un verdadero sistema democrático.
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Relaciones construidas sobre el fundamento de la fuerza y la violencia no resisten la lógica de la igualdad de oportunidades propia de la auténtica democracia.
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Son decenas las señales que preanuncian el principio de un nuevo fin, que al igual que los ruidos subterráneos anuncian los grandes terremotos.
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Las relaciones abusivas exageradas desesperan a esa multitud de jóvenes trabajadores que no aceptan continuar con el sistema construido sobre los cimientos del régimen militar que gobernó Chile por 17 años y han tomado cada vez más conciencia de las debilidades teóricas y fácticas del modelo elaborado en los 80s.
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Si bien el modelo es aún sólido, también las fuerzas que pretenden derribarlo son cada vez más potentes.
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Y para efectos de salvarlo, los múltiples parches que se le procuran aplicar, sólo servirán de pequeños paliativos o diques del tamaño de una caja de fósforos frente a un aluvión imparable.
Golpeado desde la izquierda por el Frente Amplio y desde la derecha por los Kast's y Ossandón, el gran edificio construido durante los 80s. por las insignes figuras de Onofre Jarpa, Gabriel Valdés, P. Aylwin, A. Allamand, R. Lagos E. y muchos otros más, comienza a demolerse entre las manos de sus ineptos seguidores como consecuencia de sus "errores" y de la dinámica social, económica y cultural que provocaron.
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Un millón trescientos mil jóvenes estudiando en educación superior, con una producción actual de aproximadamente 200.000 egresados por año, están cambiando la fisonomía cultural, social y política del país.
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Independiente de su calidad, estos jóvenes que hoy luego de 10 años de desarrollo alcanzan una masa cercana a los dos millones de trabajadores ilustrados en el país, se aprestan a decir basta al sistema de inequidades existente e incompatibles con un verdadero sistema democrático.
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Relaciones construidas sobre el fundamento de la fuerza y la violencia no resisten la lógica de la igualdad de oportunidades propia de la auténtica democracia.
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Son decenas las señales que preanuncian el principio de un nuevo fin, que al igual que los ruidos subterráneos anuncian los grandes terremotos.
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Las relaciones abusivas exageradas desesperan a esa multitud de jóvenes trabajadores que no aceptan continuar con el sistema construido sobre los cimientos del régimen militar que gobernó Chile por 17 años y han tomado cada vez más conciencia de las debilidades teóricas y fácticas del modelo elaborado en los 80s.
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Si bien el modelo es aún sólido, también las fuerzas que pretenden derribarlo son cada vez más potentes.
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Y para efectos de salvarlo, los múltiples parches que se le procuran aplicar, sólo servirán de pequeños paliativos o diques del tamaño de una caja de fósforos frente a un aluvión imparable.
Vivimos en redes de desconfianza y ya nadie las para. Chile merece mejor rumbo y buen destino
ResponderEliminarLa caída del duopolio arrastrará consigo a todos los que han profitado del injusto equilibrio inestable que construyeron durante muchos años.
ResponderEliminarES tan gran grande el desgaste de la NM que es posible que el Frente Amplio pase a la segunda vuelta.
ResponderEliminarY allí veremos con sorpresa como muchos se volcaran a votar por Piñera.
Entedí bien, son 200.000 egresados que saldrán al mercado cada año y su deseo legitimo: subir en la escala social que no lograrán de acuerdo al Rector Peña, porque no tienen la preparación de las élites y se volverán en contra nuestra cobrándonos la cuenta tal cual como los ex alumnos de criminalistica y ahora no tendremos un Miguel para crucificarlo.
ResponderEliminarHay que proyectar a 10 años más para darse cuenta que se está fabricando un enorme foco de conflicto si el pais no se industrializa o desarrolla servicios con alto valor incorporado y dignos de ser exportados.
EliminarSi así no fuera, gran parte del esfuerzo que hace el país para educar a sus jóvenes se perderá exportando sin retorno mano de obra calificada a los países desarrollados.