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UN ESFUERZO TEÓRICO PARA TRATAR DE ENTENDER LOS ABSURDOS DE LA POLÍTICA ACTUAL.
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DE: WIKIPEDIA
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Ernesto Laclau (Nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1935 - murió en Sevilla el13 de abril de 2014)[1]
Filósofo, teóricopolítico y escritor postmarxista.
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Fue investigador y profesor de la Universidad de Essex, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de Rosario, Universidad Católica de Córdoba, Universidad Nacional de San Juan y Universidad Nacional de Córdoba.
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Entre sus libros más mencionados se encuentran :
Hegemonía y estrategia socialista coescrito con Chantal Mouffe y La razón populista.
Era director de la revista Debates y Combates.[2]
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UN ESFUERZO TEÓRICO PARA TRATAR DE ENTENDER LOS ABSURDOS DE LA POLÍTICA ACTUAL.
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DE: WIKIPEDIA
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Ernesto Laclau (Nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1935 - murió en Sevilla el13 de abril de 2014)[1]
Filósofo, teóricopolítico y escritor postmarxista.
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Fue investigador y profesor de la Universidad de Essex, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de Rosario, Universidad Católica de Córdoba, Universidad Nacional de San Juan y Universidad Nacional de Córdoba.
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Entre sus libros más mencionados se encuentran :
Hegemonía y estrategia socialista coescrito con Chantal Mouffe y La razón populista.
Era director de la revista Debates y Combates.[2]
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Ernesto Laclau: "El populismo garantiza la democracia"
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El reconocido especialista en filosofía política habla de su libro La razón populista, en el que propone una provocativa vuelta de tuerca al rescatar de la marginalidad ese fenómeno clave de la historia latinoamericana
LA NACION
DOMINGO 10 DE JULIO DE 2005
Habitualmente, cuando se habla de populismo se hace referencia a un tipo de gobierno asistencialista, demagógico, de inspiración nacional, que gasta más de lo que tiene y que pasa por sobre las instituciones y la ley amparado en la fuerza que le da el apoyo de esa entidad supraindividual llamada pueblo. Sin embargo, Ernesto Laclau, doctor en Historia dedicado a la filosofía política, ha propuesto con su libro La razón populista una provocativa vuelta de tuerca sobre el fenómeno del populismo, al proponer "rescatarlo de su lugar marginal dentro de las ciencias sociales" y pensarlo no como una forma degradada de la democracia sino como un tipo de gobierno que permite ampliar las bases democráticas de la sociedad.
"El populismo -dice Laclau- no tiene un contenido específico, es una forma de pensar las identidades sociales, un modo de articular demandas dispersas, una manera de construir lo político."
"El populismo -dice Laclau- no tiene un contenido específico, es una forma de pensar las identidades sociales, un modo de articular demandas dispersas, una manera de construir lo político."
Doctorado en Oxford, adonde llegó con el padrinazgo de Eric Hobsbawn hace casi 30 años, Laclau está en el país para participar en el seminario Psicoanálisis y Ciencias Sociales, organizado por Flacso.
En diálogo con LA NACION relativizó el supuesto componente antidemocrático del gobierno de Hugo Chávez, manifestó su optimismo respecto de la situación de nuestro país y explicó la tesis central de su libro:
"Cuando las masas populares que habían estado excluidas se incorporan a la arena política, aparecen formas de liderazgo que no son ortodoxas desde el punto de vista liberal democrático, como el populismo.
Pero el populismo, lejos de ser un obstáculo, garantiza la democracia, evitando que ésta se convierta en mera administración".
En diálogo con LA NACION relativizó el supuesto componente antidemocrático del gobierno de Hugo Chávez, manifestó su optimismo respecto de la situación de nuestro país y explicó la tesis central de su libro:
"Cuando las masas populares que habían estado excluidas se incorporan a la arena política, aparecen formas de liderazgo que no son ortodoxas desde el punto de vista liberal democrático, como el populismo.
Pero el populismo, lejos de ser un obstáculo, garantiza la democracia, evitando que ésta se convierta en mera administración".
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HEGEMONÍA Y ESTRATEGIA SOCIALISTA
Uno de los libros más importantes de Laclau es Hegemonía y estrategia socialista, que escribió con Chantal Mouffe y que, junto a otras obras, puede ser considerada una piedra fundacional del postmarxismo.
[10] Laclau y Mouffe insertan su teoría en un campo, como ellos mismos definen, postmarxista,[11] el cual busca la deconstrucción del marxismo, cuestionando sus categorías modernas y reactivando el pensamiento político a través de articulaciones teóricas con el psicoanálisis lacaniano y la filosofía contemporánea (sobre todo los aportes de Derrida, Foucault, Wittgenstein, entre otros).
En Hegemonía y estrategia socialista, Laclau y Mouffe rechazaron el determinismo económico marxista y la noción de que la lucha de clases es el antagonismo crucial en la sociedad.
A cambio, llamaron por la democracia radical y el pluralismo agonístico en el que todos los antagonismos puedan ser expresados. En su opinión, «...una sociedad sin antagonismos es imposible», por lo que declararon que «la sociedad plena no existe», es quimérico pensar en el cierre de «lo social».
En dicha obra, Laclau expone una genealogía del concepto de hegemonía, recorriendo los planteamientos de Rosa Luxemburgo, Karl Kautsky, Gueorgui Plejánov, Eduard Bernstein, Georges Sorel, León Trotsky, Vladímir Lenin, llegando finalmente a Antonio Gramsci. Analizando los reductos esencialistas presentes en la dimensión económica, Laclau critica tres tesis del marxismo ortodoxo:
- La neutralidad de las fuerzas productivas: El trabajo, desde el marxismo, es reducido a un economicismo a través de la noción de mercancía, ello excluye la posibilidad de dar cuenta en el trabajo de procesos laborales no reducibles a la economía, los que justamente explican el no cumplimiento de la pauperización, de la no agudización de las contradicciones, la emergencia de la fragmentación social, la burocratización de los sectores medios, la emergencia de luchas sociales paralelas y diferentes a las de clase, etc.
- La homogeneización y pauperización creciente de la clase obrera:
- La historia ha demostrado que los obreros ahora también son trabajadores intelectuales y con buenos salarios y niveles de vida en muchos casos. Como plantea Laclau: "la fragmentación de la clase obrera es una fragmentación de posiciones entre distintos agentes sociales, y no tienen en cuenta un hecho más real y del que el marxismo clásico era bien consciente: que existe una fragmentación de posiciones en el interior mismo de los agentes sociales, los cuales carecen, por tanto, de una identidad racional última".[12]
- El interés fundamental de la clase obrera en el socialismo: Citando a Laclau: "La búsqueda de la «verdadera» clase obrera es un falso problema, y como tal carece de toda relevancia teórica o política. Lo anterior no implica, evidentemente, que haya una incompatibilidad entre clase obrera y socialismo sino la afirmación, muy distinta, de que no es posible deducir lógicamente intereses fundamentales en el socialismo a partir de determinadas posiciones en el proceso económico”.[13]
Posteriormente desarrolla su propia teoría sobre la hegemonía,[10] en donde las nociones de articulación, sobredeterminación, discurso, sujeto, antagonismo y lógicas equivalenciales y diferenciales van dando cuenta de la operación de lo político.
En dicha teorización, el antagonismo, como lucha política en el marxismo, es atravesada por el psicoanálisislacaniano, por lo que es análoga a una falta constitutiva en la sociedad que impide su cierre o plenitud.
Lo político es definido como la lucha por la hegemonía a través de la conquista de lo que Laclau llama «significantes flotantes» o «vacíos», los cuales, estando sobredeterminados discursiva y libidinalmente, articulan a las diversas demandas sociales y por tanto a los sujetos a determinadas posiciones.
La democracia radical y plural es planteada como lógica política, la cual por sí misma no implica un proyecto específico sino un campo de acción para la posibilidad de un proyecto revolucionario.
Laclau es el "filosofo" de los piqueteros del Gran Buenos Aires con Kichner y luego Cristina K a la cabeza y que terminan como todo populismo en la ruina y luego entra la derecha.
ResponderEliminarOtro pensador en problemas, se trata de Don Luis Riveros grande entre masones. Director IP que la CNA rechazó acreditación de su IP Los Leones por copiar autoevaluación de la UDLA.
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.cl/noticias/pais/educacion/la-cna-rechazo-acreditacion-del-ip-los-leones-por-copiar-autoevaluacion/2016-12-27/163123.html
Puchas, se le habrán traslapados los informes de autoevaluación.
EliminarEl académico chileno siempre mira a Europa o Norteamerica. Uno que otro a Japón y Australia. Pero Argentina no es un punto de encuentro de nuestros doctorantes en circunstancias que ellos tienen 5 premios nobel y sin contar a Borges que va más allá de cualquier premio al intelecto privilegiado.
ResponderEliminarLaclau es de esos pensadores obligatorios en las ciencias sociales contemporaneas porque queramos o no el mundo se mueve ahora desde el empoderamiento de las personas y los lideres o caudillos corren el peligros de ser borrados por los movimientos sociales.
Colega tiene que ir a Valparaiso a ver quien es y que hace el alcalde Sharp.
Espartaco dejó una huella imborrable en la historia de los movimientos populares románticos pese a que lo mataron por haber amenazado el poder imperial de Roma.
ResponderEliminarAdelantar el reloj de la historia, por muy marxista y progre que parezca, puede rresultarle muy caro a los apurones.
Todo tiene su tiempo y su hora y las leyes de Darwin se siguen cumpliendo mejor que las de Marx.