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UNA REACCIÓN TARDÍA
LA ANARQUÍA SERÍA LA CULPABLE DEL FRACASO
UNA REACCIÓN TARDÍA
LA ANARQUÍA SERÍA LA CULPABLE DEL FRACASO
Ultima plenaria del movimiento universitario reveló una dura autocrítica y apuntó a errores clave. Plantean fijar un discurso común, leer el momento político y condenar los hechos de violencia.
Confech hace duro mea culpa
F. Guzmán y M. Bustos Santiago12 de septiembre del 2016 / 01:42 Hrs
El ataque a la iglesia de la Gratitud Nacional; la falta de una condena a la manifestación en la U. Alberto Hurtado, donde un grupo de estudiantes acorraló por casi dos horas al rector, y las inconsistencias en sus decisiones, han sido algunos de los blancos de críticas que este año han golpeado a la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech). Los cuestionamientos escalaron cuando el domingo 4 de septiembre, la marcha convocada por el movimiento endeudados alcanzó una de las convocatorias más bajas del último tiempo: tres mil personas, según cifras de los convocantes, y 100 en Concepción. Un dato que marca un claro contraste con aquellos días de mayo, cuando no sólo había una amplia adhesión a las marchas, sino también más de 25 universidades en toma o paro apoyando las demandas del movimiento.
A esto se suma que en la última encuesta CEP un 68% de los consultados dijo rechazar las tomas y un 41% reprobó las marchas. ¿Qué fue lo que cambió? Los dirigentes creen que el problema no está en las manifestaciones como mecanismo de expresión, sino en el hecho que no han logrado concretar los cambios que vienen pidiendo hace cinco años.
Parte de eso fue lo que se discutió el viernes en la última plenaria que el movimiento universitario desarrolló en Punta Arenas.
En la síntesis de la reunión se expone que la fallida marcha del 4 de septiembre “no logró convocar a más que los grupos afectados por el endeudamiento”. Además, se sostiene que los procesos de movilización intensos, como los paros y las tomas, “la dificultad para alcanzar una mayor legitimidad social, la falta de reflexión en torno a las condiciones materiales de la organización y el escaso compromiso a la hora de convocar”, además de “la desafección son parte de los múltiples factores que afectan hoy a nuestra movilización y que debemos trabajar”.
Los estudiantes consideran que es necesario tener “discursos comunes para sortear los momentos difíciles” y “reflexionar para hacer sentido común, leyendo el momento político actual; todo esto es responsabilidad de las federaciones, del mismo modo que es responsabilidad de las vocerías respetar la síntesis que emanan de las plenarias”.
Varios dirigentes apuntan a que la falta de consenso en la organización ha sido lo que más ha afectado a la Confech y la mayoría señala a los episodios de violencia como la principal razón de rechazo.
Carlos Vergara, integrante de la Unión Nacional Estudiantil (UNE), presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Valparaíso y vocero de la Confech en la V Región, enfatizó que “hay ciertas cosas que el movimiento estudiantil tiene que evaluar y reflexionar” y subrayó que “no se puede apoyar ningún mecanismo que dé pie a la violencia”.
La presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile (Fech), Camila Rojas, quien forma parte del movimiento Izquierda Autónoma, señaló que este año hubo un momento en que el movimiento logró una amplia adhesión. “Sin embargo, creo que no fuimos capaces de mantener ese ímpetu por más tiempo y eso tiene que ver con indefiniciones, con la imposibilidad de tomar determinaciones dentro del movimiento”, señaló Rojas.
Polarización
Aunque todas las federaciones que integran la Confech son de izquierda, los colectivos más “radicales” han ido ganando terreno y marcando una postura menos dialogante. Ante esto, la líder de la Fech remarcó que es importante que en una organización existan “voces que piensan distinto. Que haya visiones diferentes no es el problema, el problema es cuando no se pueden tomar decisiones”.
Hay quienes plantean que la necesidad de mantener la imagen de unidad en el colectivo ha hecho que se hayan omitidos decisiones clave, como fue la no condena de los últimos hechos de violencia.
Patricio Medina, presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Santiago y primer vocero de la Confech de Revolución Democrática (RD), señaló que episodios como el de la U. Alberto Hurtado sí han perjudicado la imagen de la Confech. “Soy enfático en rechazar esos hechos, porque nos alejan de lo importante que es una reforma y de los contenidos que podemos plasmar en nuestra propuesta. Además, nos desvían del foco y dejan una imagen del movimiento estudiantil que no es la real”.
Distinta es la postura de Gustavo Orellana, presidente de la Federación de Estudiantes de la U. Alberto Hurtado (Feuah) y miembro del colectivo Nosotros: “La condena a los hechos de violencia deben hacerla los tribunales de justicia, los compañeros no tienen por qué andar condenando las luchas que quizás son distintas”, dijo y agregó respecto del crítico episodio de violencia en su plantel que “hay que ser objetivo y analítico, y ver de dónde proviene realmente la violencia. La violencia viene desde Carabineros, desde las mismas universidades que castigan la movilización”.
Para varios dirigentes, las inconsistencias también se habrían manifestado en los cambios de dirección del movimiento, donde transitaron desde congelar el diálogo y exigir el retiro de la reforma a la educación superior del Congreso, a aceptar el diálogo institucional con el Parlamento, “pero sin lobby”.
Javiera Reyes, vicepresidenta de la Fech y militante del Partido Comunista, apunta a que desde su sector ven que la “conducción del movimiento ha sido débil, porque se ha discutido la reforma con poca claridad producto de la incapacidad de tomar definiciones”.
Además, algunos grupos han señalado abiertamente una posición contraria a la tomada por las plenarias del organismo. Un ejemplo es lo que sucedió luego de la reunión en Antofagasta, cuando los estudiantes definieron disputar la reforma en los espacios institucionales. A pesar de esto, hubo voces que se mostraron en contra. “Son grupos minoritarios que tienen sus visiones y es interesante escucharlos, pero lo oficial, la voz de la Confech, es la síntesis a la que se llega”, explica un dirigente.
Damián Brito, presidente de la Federación de Estudiantes de la Utem y miembro de la Juventud Rebelde, plantea que hablar de una división en la Confech “está fuera de lugar”. Agregó que la tesis de que la Confech no habría logrado incidir en la reforma por sus indefiniciones “no tiene que ver con más o menos diálogo, porque hemos sido dialogantes, pero no hemos encontrado respuestas, porque no ha habido conversaciones vinculantes. El Ejecutivo no quiere abrir espacios, nos tiene discutiendo un proyecto, pero después no considera las propuestas”.
LEER EN : LA TERCERA.COM/AUTOCRÍTICA CONFECH/
La tropa de desadaptados sociales y frescos se está quedando sola. Bien por la comunidad que comienza a separa la paja del trigo.
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