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ENTREVISTA DE LA TERCERA A UNA MINISTRA OPTIMISTA
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ENTREVISTA DE LA TERCERA A UNA MINISTRA OPTIMISTA
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Creo que la primera semana ha tenido dos fases. Primero, simultáneo con la entrada de proyecto al Congreso hubo una gran efervescencia. Y creo que una vez ingresado, cuando los parlamentarios, rectores, estudiantes y la sociedad ya lo conocieron, hubo una cierta tranquilidad.
Yo puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con aspectos específicos, pero ya no sobre situaciones un poco armadas a a partir de ciertas ideas o prejuicios de lo que el proyecto es o no es.
¡La más contenta de que el proyecto haya entrado al Congreso soy yo!
¿Por qué?
No sólo porque termina una etapa, que no fue fácil, porque es un proyecto amplio, complejo, que recogió muchas cosas, experiencias, miradas de distintos actores. Si bien no en la totalidad de lo que cada actor dijo, porque es muy difícil, pero es un proyecto que ha tenido mucho trabajo. No es un proyecto improvisado. Recoge el trabajo de un equipo de al menos 15 o 20 personas, de tres ministerios, lo que le da solidez. Y tengo la sensación de que efectivamente en su debate, en su discusión se van a expresar diferencias, pero por sobre todo, lo que nosotros quisiéramos es que los actores hagan propuestas. Espero que si a un grupo algo no le parece, levante propuestas de mejora o alternativas.
No basta con criticar. Yo creo que aquí hay un tema muy importante: queda un año y medio del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y creo que difícilmente vamos tener otro período presidencial en que la educación sea un eje tan relevante y tan importante, porque hay muchos problemas en la ciudadanía. El país votó porque se hiciera una reforma, respaldó a la Presidenta en esta tarea que tiene temas que se vienen arrastrando desde la revolución pingüina, que se pusieron en el debate público y creo que hemos dado un avance enorme en todos los proyectos de la reforma.
Se anticipa una tramitación compleja, ¿cree que se pueda promulgar este proyecto durante este gobierno?
Dependerá de la voluntad de los legisladores. He escuchado transversalmente que hay una necesidad de un diseño de la educación superior en Chile que dé cuenta de todos los cambios que ésta ha tenido y que de alguna manera la fe pública, que también ha estado en entredicho, esté muy cautelada.
¿Si no se aprueba, es un golpe duro para el país?
No sé, creo que efectivamente nos quedamos con una patita coja. Hay muchos actores que se han generado expectativas, que tienen las capacidades de manifestarse, de dar a conocer su voz. Está en el Parlamento, ahí se hace el debate y la discusión. Ahí la haremos nosotros, semana a semana para ir sacando adelante este proyecto y seguramente las comisiones van a escuchar a los actores de este sistema educativo.
¿La Presidenta les ha pedido que pueda ser aprobado en este gobierno, o se han puesto en el escenario de que quede para el siguiente?
No, nadie se ha planteado la posibilidad que el proyecto no sea aprobado dentro de este gobierno. Ni siquiera ha sido tema. Por muy complejo que sea el proyecto, no creo que no podamos sacarlo en un año y medio. Este es el último de los grandes proyectos comprometidos en la reforma, tenemos un año y medio por delante, no hay razón para que no lo saquemos. Si el día de mañana hay un tema que es más complejo que el resto, se evaluará en su mérito, pero siempre puedes tener otra salida lateral como una indicación sustitutiva, pero no es la idea.
Creo que hay tres grandes capítulos del proyecto sobre el cual puede haber observaciones, pero no habrán grandes diferencias. No hay nadie que no considere que este país no debe tener una subsecretaría de educación superior, una superintendencia y un consejo de la calidad que vele por la fe pública. Además, está bastante bien planteado respecto a dar garantías a todo el mundo. Tiene un carácter autónomo. El financiamiento seguramente será lo más debatido.
Uno de los cambios esperados era que se terminara con el CAE ¿Por qué no se tomó esa decisión?
El CAE ha permitido a miles de personas estudiar con una deuda que hoy es más baja, mejor regulada. Yo creo que el gran problema del CAE y por qué se transformó en una mala palabra es por la participación de la banca en este crédito. Y sobre este punto nosotros como gobierno estamos estudiando una fórmula distinta, que cuando la tengamos la comunicaremos.
¿Puede ser un proyecto de ley paralelo?
Puede ser una fórmula distinta, con una responsabilidad estatal respecto de quién otorga el crédito o no, en fin.
¿Pero habrá cambios?
Sin duda, estamos estudiando alternativas.
¿Qué pasó con las investigaciones que el Mineduc abrió contra 11 universidades?
Cuando llegué, la División Jurídica me presentó la situación de todo lo que se había investigado y en ese momento no había nada pendiente. Los proceso se cerraron y algunos fueron a dar a la Contraloría o a la Fiscalía.
¿Por qué se abre una investigación nueva contra la U. Andrés Bello si ya se había cerrado un proceso anterior?
En el caso de la U. Andrés Bello la investigación anterior fue por infraestructura. Ahora es distinto, es por denuncias de lucro. Vinieron a hablar conmigo los estudiantes, junto al diputado Mario Venegas y plantearon dos cosas. Por un lado el descontento de los estudiantes por el trato que estaría dando el departamento de apoyo estudiantil. Lo otro eran antecedentes que reportaban que efectivamente se lucra y que había aportes y se sacaban recursos. No son datos demasiado precisos, pero sí estaban. Hay una duda razonable.
En vista de eso invité al rector y al vicerector para notificarles de la denuncia. Les entregué todos los antecedentes sobre el trato a los alumnos, y les informé que el ministerio iba a iniciar un proceso investigativo sobre la denuncia, que es lo que correspondía hacer.
¿Cree que el haber establecido el delito de apropiación indebida para evitar el lucro es suficiente?
No puede haber una institución con fines de lucro que sea la propietaria de la universidad, instituto o lo que sea, sino que tiene que ser una institución sin fines de lucro, una corporación, no una sociedad de profesionales, o una sociedad accionaria. Lo que se plantea en ese sentido es que tu vas a tener una gama de faltas o delitos, que puede ser leve, grave o gravísima y tienes distintos instrumentos para cada cosa. Si es gravísima es porque estas sacando dinero de la actividad educativa y no lo estás reinvirtiendo en la actividad educativa. El Duoc, por ejemplo, gana plata, pero la reinvierten, lo mismo hace el Inacap. No es de un propietario que se lleva recursos para la casa. Y en este caso, si detectan que estás sacando recursos de la institución primero te obligan a devolver la plata y tienes que pagar una multa del 50%. Si no la pagas y no devuelves aparece la figura del delito de apropiación indebida y eso ya va a la justicia penal y tiene pena de presidio.
¿Por qué permitieron que existan operaciones entre entidades relacionadas?
Lo que pasa es que hay situaciones que son muy disimiles. Por ejemplo, el Duoc puede estar compartiendo un edificio con la U. Católica, no digo que lo hagan. Son dos instituciones, el Duoc depende de la UC, es una figura jurídica aparte, es una corporación, pero podrían compartir un edificio, y a lo mejor el que es dueño formalmente del inmueble es la UC. Entonces tienes que permitir que el Duoc le pague la parte correspondiente a a la universidad. Pensando en este tipo de instituciones se dejó esta excepción de contratos entre personas jurídicas sin fines de lucro. Le pasa a otras universidades, a Aiep que comparte edificio con la U. Andrés Bello ¿qué haces? ¿Cierras o permites que bajo la responsabilidad del órgano director y a precio de mercado se pueda mantener el arriendo? Si en el debate parlamentario esto se cae habrá que buscar otra salida a situaciones que son reales. No es que tú vayas a ser miembro de mi directorio, y construyes el edificio, te lo arriendo y por ahí vamos sacando la plata que es lo que ocurre ahora.
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